Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

sábado, 6 de diciembre de 2014

¿Y los empresarios cuándo?

Creo que no hay chileno ni chilena, ni habitante alguno de esta patria que no se haya mareado con el bombardeo periodístico de la situación económica de Chile. Cada punto porcentual del Imacec, IPC, desempleo y más son méritos en sí mismos para redactar una nota, para reportear desde La Moneda, para un extra en televisión. Que la Reforma Tributaria, que la confianza, las expectativas y la macroeconomía y la microeconomía de la pyme y la gran empresa.

Desde antes que la Presidenta Bachelet asumiera su segundo mandato, una serie de personajes se han dedicado a tener un doble discurso de excelencia. Por una parte dicen estar preocupados y ocupados en el bienestar macroeconómico de Chile, pero por otra parte no hubo estrado salvo de dichos que apuntaran a perjudicar las expectativas del país y hacer caer las inversiones de capital. Sus especulaciones contribuyeron a hacer más confuso el escenario económico interno, a detener la inversión dada la poca claridad que produjeron. Mala manera de hacer oposición. 

Es sabido que previo a reformas económicas estructurales el escenario tiende a ser confuso puesto que se cambian las reglas del juego y obviamente el inversor querrá tantear toda la información del terreno que pisará, se entiende y se entendió que era un costo a pagar si queríamos lograr un sistema tributario con mayores grados de justicia impositiva. Pero cabe preguntarse, qué tipo de estrategia fue salir a recorrer el mundo y gestionar columnas en periódicos prestigiosos de Estados Unidos e Inglaterra para socavar la Reforma Tributaria, para predecir el infierno fiscal. Pésima estrategia, fueron a provocar la detención de las inversiones de capital extranjero en el mismo país en donde ellos trabajan, en el mismo país donde tienen sus industrias y viven los consumidores de sus productos. Produjeron un costo mayor del que naturalmente íbamos a pagar. Se entiende que quisieran legítimamente defender sus intereses, ¿pero a qué precio? La batalla política la tenían perdida, la batalla económica no... jugaron sus cartas en un escenario externo tendiente a la baja y hoy, diciembre de 2014 el Imacec de octubre no puede superar el 1,5%. 

La estrategia comunicacional interna

La estrategia comunicacional del empresariado chileno ha sido una ganada. Han convencido a buena parte de la población de que es el Gobierno el que está mermando los términos económicos sin que esto sea del todo cierto. Si bien el Gobierno llevó a cabo una reforma estructural del sistema tributario que produjo las inquietudes propias y de inherencia al cambio, ¿qué empresario será capaz de cumplir sus amenazas de retirarse del mercado? Ninguno. Están al acecho del monopolio esperando que la competencia cumpla la amenaza de retirarse. Microeconomía básica y teoría de juegos. Ganada de los empresarios sin que el Gobierno establezca una estrategia comunicacional más fuerte y logre revertir la desconfianza ciudadana. 

Francamente, este no es el empresariado que Chile merece, que no vela por la economía nacional, sino por la de su propio capital. Quizás lo que perdieron con la campaña externa de descrédito fue marginal en función de sus ganancias y lo han recuperado ya en el corto plazo, pero las repercusiones en los senos de las familias más necesitadas pueden sentirse con mayor agresividad si se considera la calidad de los empleos, la tasa de desocupación y el salario mínimo frente a las desproporcionadas utilidades de los mercaderes. 

Recuerdo cuando Obama acudió al salvataje de Ford. Finalmente es la economía, estúpido lo que importa a la ciudadanía, mejores indicadores económicos aumentan el aprecio por la democracia, las instituciones y los políticos. El triángulo de hierro de los gobiernos: inflación, empleo y crecimiento económico es un indicador de gobernabilidad por excelencia y eso los empresarios lo saben y lo aprovechan. Obama no salvó a Ford por ser bueno, sino por la cantidad de trabajadores y familias (electores) que arriesgaban su empleo/consumo y su contento con el gobierno. Así funciona la mano invisible del Estado de Smith. Citando a Stiglitz, a todos los empresarios les agobia pagar impuestos, pero cuando se usan para subvencionarlos o salvarlos se sienten más aliviados de la presión fiscal. Es esta la triste lógica de tira y afloja entre economía y política. 

Por ello es que cuando a riesgo de saturación, leo y escucho tanta insatisfacción de la clase empresarial de Chile, me pregunto si aparte de pésimas estrategias para atraer capitales externos, qué más hacen los empresarios de Chile que culpar al Gobierno. El ideario de empresario no se condice con la realidad, es evidente que se requieren líderes industriales con mayor capacidad de innovación y performance ante el cambio externo y con menos aversión al riesgo, con gobiernos corporativos estamentales,  capaces de una gestión empresarial eficiente y socialmente responsable. Los empresarios no pueden esperar a que el Gobierno desregule todos los mercados y sólo se encargue de brindar paz social y defensa nacional para que estén tranquilos . El empresario es en esencia un aventurero que asume los riesgos guiado por el olfato del negocio más que por los números de la calculadora. Hace falta que los empresarios estén a la altura de los desafíos, de la reactivación y a favor de Chile, no en contra. 

Teletón: la sociedad civil de oficio y no a petición de parte

Se podría entender a la Teletón con una variedad de ideas o nociones, entre las que destacarían: institución benéfica de rehabilitación, un show de televisión, una cruzada solidaria, veintisiete horas de amor en Chile, como Mario Kreutzberger, deuda del Estado con sus discapacitados, un niño símbolo, un negociado, un ejemplo de generosidad del pueblo, etc. 

Ciertamente, la Teletón es un modelo de convocatoria nacional a la solidaridad del pueblo para con los más desposeídos, es un evento nacional como el Festival de Viña del Mar, los partidos de la selección chilena de fútbol, las elecciones, las Fiestas Patrias. Lo que distingue a la Teletón de los anteriores eventos es su carácter de institución de rehabilitación en donde niños y niñas con discapacidades físicas son atendidos por profesionales y técnicos para lograr el mayor grado de independencia física posible, poder desplazarse con la menor ayuda, etc. Las funciones cotidianas de la institución evidentemente tienen un costo económico que debe cubrirse para que sigan adelante las rehabilitaciones de miles de niños y niñas que han llegado ahí desde su nacimiento o fueron víctimas de accidentes con consecuencias físicas incapacitantes. Hasta tal punto, no hay mayor controversia ni debates al respecto. 

El financiamiento de una institución, empresa u organización siempre es un tema que abre acalorados debates dada la diversidad factual, estratégica e ideológica de alternativas. Cómo se financia la Fundación Teletón no escapa a la discusión. Para algunos más cercanos al materialismo histórico de Marx, este medio de rehabilitación debería pasar a manos del Estado y ser gestionado por la burocracia gubernamental dado que hacerse cargo de los discapacitados de un país debería ser una obligación de las instituciones públicas (financiadas con impuestos), un imperativo moral, en otras palabras, un país se hace cargo de sus discapacitados con políticas públicas y sus respectivos programas y proyectos. No suena tan mal ni descabellado porque un Estado responsable con sus habitantes debe ser capaz de sostener políticas públicas con resultados e impactos efectivos, de entregar mediante sus proyectos productos de calidad, todo ello financiado con impuestos, utilidades de empresas públicas y ventas/arriendos de activos estatales (pertenencia de todos los ciudadanos del Estado chileno). Suena coherente hasta que se da revista a la realidad de Chile y los alcances presupuestarios de las instituciones públicas. 

Por una parte, un Estado subsidiario no brindaría las oportunidades a todos las niñas y niños lisiados puesto que su oferta pública por tradición u obligación estaría focalizada en aquellos en que por sus propios medios no pueden proveerse de una rehabilitación, en otras palabras, quien pueda pagar que pague. Mercado. Y aunque el Estado tuviera los medios presupuestarios, es complejo asegurar a estas alturas que mayor inversión asegure por sí sola una mejor calidad de servicio o producto. Es necesario añadir vocación profesional a la fórmula de manera que los funcionarios se sientan atraídos al servicio público por convicción, más que por necesidad, más que por poder. 

El Estado debe monopolizar actividades o funciones públicas estratégicas para el país como las funciones de defensa, educación, infancia, salud, tributos, pensiones, cancillería, justicia, minería, energía, aguas, medioambiente, etc. Pero ¿qué hay de aquellas áreas en que el aporte de la sociedad civil y del privado es necesario y deseable? ¿por qué siempre la mirada paternalista y desconfiada del Estado tiene que estar por sobre el desarrollo y aporte de los grupos intermedios de la sociedad civil? En el caso de la Teletón se ha podido apreciar un fenómeno social único en base a un llamado nacional de solidaridad entre todos los compatriotas que siempre surte efecto: pobres y ricos acuden a donar a los bancos en la medida de sus posibilidades presupuestarias y voluntad para ayudar a los niños y niñas discapacitadas que se atienden en la fundación. Distinto, claro, de la lógica de los impuestos en donde sin derecho a pataleo habría que entregar al Fisco una porción del ingreso personal. Entre una donación libre, voluntaria y de corazón, y un impuesto (regresivo a veces como el IVA) #yonomepierdo.

Es cierto que el evento televisivo de la Teletón es un negociado para muchos; los rostros de la farándula se pegan codazos por una pulgada más de pantalla y los empresarios dueños de Chile limpian sus imágenes hasta más no poder (querer), pero si Teletón fuera del Estado, ¿alguno podría asegurar su libertad de promesas de campañas políticas de carácter "mientras más financiamiento ofrezco al programa Teletón de tal ministerio, más votos calculo"? Es por eso que las veintisiete horas de amor no corren en años eleccionarios. 

En conclusión, ¿qué apoyo público a la estatización de la Teletón y la beneficencia se puede concitar en un país donde los niños vulnerados son víctimas de abusos y violencia en sus hogares y en los hogares licitados por el SENAME?, ¿en donde el reclutamiento meritocrático del servicio civil hace aguas? Es tiempo de apelar a la humildad de quienes creen que el Estado podría dar solución a todos los problemas públicos con igual calidad; a la luz de los números y de la realidad eso no es así por una serie de factores multidimensionales, a los que debiera darse revista ante de lanzar declaraciones como: "la Teletón debería ser del Estado". Podríamos tener un Estado de excelencia, pero eso no sería mérito suficiente para impedir que la sociedad civil participe activamente en el desarrollo nacional; un Estado es mejor en la misma medida que se involucra y dialoga con la sociedad civil para oír y compartir estrategias de servicio público. Lamentablemente, nuestro Estado aún no alcanza la excelencia y prueba de eso es el surgimiento de organizaciones de nuestra sociedad civil que vienen a cubrir aquellas necesidades a la que el Estado aún no puede llegar a satisfacer por medio de la política pública. Tercer sector. Basta mirar iniciativas tan loables como Techo (Ex Un Techo para Chile), Coaniquem, Bomberos de Chile, Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Hogar de Cristo, etc. para probar la capacidad de la sociedad civil en la entrega de soluciones a los problemas públicos y para comprobar que puede ser una parte activa y beneficiosa de las políticas públicas puesto que las organizaciones que la componen surgen de la voluntad de los ciudadanos, es decir, de oficio y no a petición de parte. 

martes, 2 de diciembre de 2014

Después de 23 años

Anoche, con la intención de guardar las invitaciones a la Ceremonia de Titulación en una cartera del siglo pasado a modo de recuerdo, encontré un montón de cartas que mis padres en su época de noviazgo se enviaban a menudo. En esa cartera había innumerables recuerdos, cuadernos de consultorio, cartas de amor, dibujos de niños, santitos, cartas de felicitación, pésame y recuerdos de licenciaturas. Un ir y venir de nostalgias y los lugares en que nos formamos como familia. 

No hubo algo más meloso que las cartas que se enviaban mis papás, gastaban las hojas de sus cuadernos y horas de clases para repetirse a cada momento que se querían y se echaban de menos, gracias por ser como eres conmigo mi flaquita, mi flaquito. 

Ya con dos hijos, desde 1990 en adelante hubo un notorio déficit de epístolas, ya no había tiempo, sí desgaste, qué sé yo pero cartas con data noventera escaseaban para ser reemplazadas con cuadernos de control de niño sano, pruebas de rendimiento para entrar en algún colegio y cartas estándar con mensajes del día de la madre. 

Una de las pocas cartas de los años 90 estaba dirigida a mí con data de 21 de marzo de 1991, desde Iquique previo al cumpleaños de mi mamá y como conozco a mi padre sé que lo más probable es que estuviera confundido de fecha. Les dejo acá la carta dirigida a mí y que vine a leer después de 23 años. 

Iquique, 21 de marzo de 1991

Dieguito...

A tu corta edad, no importa que no sepas leer ni escribir.

Basta con recordar cuando reconoces que alguien te quiere y tú, hijito, le regalas una inocente y coqueta sonrisa.

Quiero que compartas con tu hermano Pablito y mamá Jannett un hermoso cumpleaños.

Un regalo es un regalo, pero tú, hijito, eres junto a tu hermano nuestra alegría y bendición.

Que Dios te proteja siempre en todo momento.

Tu papito extrañable, Betto.

P.D.: CÓMETE TODA LA PAPA Y NO TE CHUPES EL DEDO DEL PIE.-



miércoles, 8 de octubre de 2014

Para vivir

Copiapó, capital de la Región de Atacama, ciudad minera típica, no se escapa a los fenómenos naturales y sociales de las localidades que basan su actividad económica en la explotación y exploración minera. Ríos secos, relaves en medio de la ciudad, explosión demográfica, población flotante, aumento de precios y el respectivo costo de la vida, auge económico, migración nacional e internacional, demandas sociales y ciudadanas para que alguien o algo absorba las externalidades negativas de la actividad minera... un sin fin de problemas más, pero sin duda que hay una que duele un poco más, que llaga más la herida: los recursos que derivan de las ganancias de la producción minera y su comercialización parecen pedacitos de islas de hierro atraídos magnéticamente a un imán gigantesco que habita en Santiago, capital nacional. Algunos le llaman poder. 

Pero hay otra arista cuyo análisis ha sido más bien débil y ocasional: la vivienda. Por lo general, un tema logra tomarse la agenda pública luego de algún evento focalizante como se denomina en el lenguaje de las políticas públicas a los eventos o hechos que concitan la opinión pública y la hacen más sensible respecto de un problema público como ha sido el derrumbe de la mina San José en 2010 que evidenció a un disminuido Servicio Nacional de Geología y Minería e Inspección del Trabajo, como lo fueron los atentados terroristas en Santiago tras la colocación de bombas en concurridos lugares y que dejó en el descubierto una política de inteligencia y seguridad interna más bien vulnerable.

En el caso de la política de vivienda o habitacional es posible encontrar eventos que en su mérito serían lo suficientemente potentes para catalizar gestiones orientadas a generar viviendas que den dignidad y calidad de vida a sus habitantes además de seguridad en su posesión, goce y uso; me refiero a los terremotos de 2010 en la zona centro sur chilena y el que en primer semestre de 2014 azotó al Norte Grande, así como al mega incendio que quemó poblaciones enteras en los cerros de Valparaíso también en el primer semestre. La simple lógica, el más sentido de los comunes indicaría una revisión inmediata por parte de la autoridad de los estándares de construcción con que se edifican y levantan casas en el país, revista a las garantías de edificación en lugares seguros, de fácil acceso a los servicios básicos, cercanos a escuelas, consultorios, centros comerciales de abastecimiento, comisarías, etc., lo que en otras palabras se resumiría en una revisión al diseño de poblaciones y conjuntos habitacionales, a los planos reguladores de las comunas cuyo uso de suelo traba las nuevas concepciones de diseño de una comuna moderna, de los indicadores de crecimiento demográfico y poblacional en ciertas comunas y de cómo ello entra en proporción con la oferta privada y estatal subsidiaria de vivienda, los precios de los arriendos y dividendos, el surgimiento de tomas ilegales de terreno y más.

Puede que lo anterior esté estudiado ya (no pretendo descubrir América), que se hayan hecho los esfuerzos por parte de la autoridad pública para asegurar una vivienda digna, pero evidentemente no ha sido suficiente. Por una parte, mientras desde las regiones escuchamos por las noticias cómo en la Municipalidad de Santiago y de Providencia se congelan permisos de edificación en sectores determinados, en Copiapó vemos todos los días en los diarios los elevados costos de arriendo de viviendas vis a vis una población que crece más y más dentro de una ciudad que tiene cada vez menos lugares a los que expandirse.

Hace meses fue inaugurado un condominio con dos torres de edificios y los malos resultados de las ventas dejan a la vista menos del diez por ciento de ocupación y una tela que cuelga flamante rezando "entrega inmediata". Muchos pensamos que los departamentos iban a ser un éxito de ventas porque las páginas web radiales de la ciudad se reventaban con solicitudes y consultas de arriendo, sin embargo, el alza sostenida de precios producto de los sueldos que ofrece la minería terminó por levantar una barrera económica que no ha podido ser superada por muchas familias.

Mientras tanto, en otros sectores residenciales de la comuna surgen diversas tomas ilegales de terreno como otro síntoma de la débil y lenta respuesta que tanto el mercado como el Estado dan a las demandas de los copiapinos. Sumado el mínimo nivel de riesgo moral de los pobladores de las tomas ilegales con una pobre política habitacional local, se van formando y regenerando cordones de marginalidad en los cerros más agrestes de Copiapó ante la paciencia y permisividad del Gobernador que al no desalojar estas tomas ilegales pone en serio riesgo a los pobladores si se considera que no poseen acceso al agua potable ni a electricidad (pero sí poseen grandes vehículos y mediaguas más grandes que las casas de las poblaciones adyacentes, a las que nuestros vecinos y padres postularon veinticinco años atrás con verdadero esfuerzo y necesidad). Los pobladores además de vulnerar el derecho de propiedad, atentan contra la salud y calidad de vida de sus propias familias, una fuerte lluvia podría barrer con sus viviendas o un incendio podría poner en riesgo la vida de los habitantes de las mediaguas. ¡Cuán poco se ha aprendido del incendio en las poblaciones de los cerros de Valparaíso!

Ciertamente que existe un problema, una falta de oportunidad en la acción pública del Estado cuya acción se basa en la entrega de subsidios de vivienda social o impulsa el arriendo, pero siendo francos, ¿no hará falta algún incentivo mayor a la construcción, a la regulación del alza de los precios en general, o la denominación de Atacama como una región extrema? También la escasez hídrica es un agravante, si es que no una raíz del problema tratado, por cuanto el agua es un recurso indispensable tanto en la construcción de conjuntos habitacionales como en la posterior distribución del bien destinado al consumo humano. Ya es indesmentible que nuestra cuenca hídrica no está dando el ancho con las necesidades humanas e industriales de la región puesto que por la distribución geográfica de los asentamientos humanos e industriales la gran minería es la primera en cortar la primera y gran tajada de flujo acuífero para que el resto lo pelee el agro copiapino y la población... si adherimos a la batalla a las constructoras el panorama empeora más. El agua, recurso de composición natural para el sustento vital es también un recurso económico para el sustento material y que por lo tanto se transa en un mercado cuya industria está débilmente regulada.

En el lenguaje de las políticas públicas y a la luz de la teoría aportada por John Kingdon, el desarrollo de una política seria consiste de la existencia de tres tipos de procesos que fluyen por corrientes distintas y paralelas, a saber, una definición y delimitación del problema público, una serie de alternativas debidamente estudiadas y contrastadas científicamente, y un proceso político en donde diversos actores de poder están dispuestos a avalar e impulsar alguna solución. Afortunadamente, el aporte teórico de John Kingdon va mucho más allá de lo mencionado, que sin embargo, es lo medular y para efectos de esta columna no es necesario ahondar. Una vez que estas tres corrientes de procesos confluyen se abre una ventana de oportunidad que ofrece justamente a la autoridad pública la chance de dar categoría de problema público a una situación negativa, pero ello no siempre está destinado a suceder y por tanto he ahí la importancia de los eventos focalizantes mencionados párrafos atrás.

¿Y qué hay de todo esto en la política pública habitacional en Copiapó? La buena fe institucional permitiría dar por hecho la definición del problema con un respectivo árbol de problema y objetivos en que se identifiquen claramente los flancos a intervenir y los parámetros, las situaciones deseadas y en relación a esto, una serie de alternativas de solución a implementarse. No obstante, la tercera corriente está ausente, perdida, oculta, arcana. La necesidad de que algún parlamentario/a, alcalde, autoridad central u organizaciones de la sociedad civil tomen valientemente esta bandera de lucha (a la luz de toda evidencia, abandonada o poco considerada en las arenas de la política) es urgente. También urge que la autoridad pública no espere eventos desastrozos al respecto para tomar decisiones, sino que se involucre de oficio en avanzar a las reales soluciones que el problema amerita. Si bien el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet contempla un programa ambicioso y generoso con énfasis en tres principales reformas del Estado (educacional, tributaria y constitucional) que requiere una concentración de los esfuerzos y los recursos para su logro en cuatro años, ello no constituye una excusa para descuidar el resto de políticas sectoriales en donde se ubicaría la habitacional.

Son tantos los desincentivos para vivir en Copiapó que deberían abortar per se cualquier voluntad de raigambre en la zona, tantos son los desincentivos que cuesta creer que sólo por dinero migrantes nacionales e internacionales estén dispuesto a venir a probar suerte sin la garantía más mínima de éxito. Vislumbra, pues, la poca capacidad de atracción que tienen otros polos de desarrollo y de actividad económica para mantener a sus habitantes en sus zonas respectivas, tanto en el resto de Chile como en el vecindario. Las razones del problema vivienda están a la vista, una solución efectiva no tanto, ni en el corto plazo ni en el mediano, lo que es lamentable si se entiende que una vivienda conforma el hogar donde reside el núcleo de la base de la sociedad (la familia) y que por lo tanto debiera tener un trato más acucioso y ambicioso, el trato digno que merece el lugar que los chilenos elegimos para vivir.

lunes, 6 de octubre de 2014

La casa de mis tías

Siento pena por los niños y niñas que son hijos únicos por una razón muy simple y obvia: sus hijos no tendrán tíos, tías, primos y primas. Realmente una lástima, no concibo la vida sin ellos. Es que a veces necesitamos a alguien más que a la mamá y papá, algún primo que sea cómplice porque tu hermano se ha vuelto muy acusete para ganarse algún permiso o a veces necesitamos a algún tío o tía que pueda darnos aquello que a los papás no les parece porque hacerlo significa restar disciplina a la crianza. 

Por ejemplo, mis tíos en los asados familiares siempre me compraban helados y papalotes o me regalaban dinero para que me lo gastara en lo que quisiera (adivinen, podía estar treinta minutos haciendo esperar a los dueños de un negocio para finalmente comprar una papa frita. Hoy no es muy distinto). En fin, en los tíos encontramos siempre el espacio de flexibilidad que no existe en la relación altamente jerárquica y rígida entre papá/mamá e hijos. Los tíos y tías regalonean a sus sobrinos, y cuando quieren vengarse de sus hermanos, nos cuentan acerca de los hechos que avergonzaron a nuestras madres y padres en sus infancias ¿y por qué te reta tanto porque te sacaste un rojo si él/ella era porro y se quedó repitiendo como tres veces? Dile eso cuando te rete.

Me cuesta dejar de decir "la casa de mi abuelo" y comenzar a llamarla "la casa de mi tía Nidia, la casa de mi tía Cristina"; años de costumbre. Es una casa humilde, grande y por la que han pasado a mi parecer y pobre cálculo, cerca de cien almas contando desde el día en que mi bisabuela y bisabuelo compraron la casa de Pedro León Gallo y la convirtieron en un negocio de carbón. Es una casa esquina de adobe con una mezcla de paja y barro en su fachada, una entrada lóbrega suena fuerte cuando ponemos un pie en el piso de tablas, uno adivina cuando vienen a abrir la puerta y con un poco más de costumbre adivinamos quién se paró a abrir la puerta en caso de conocer la cadencia de sus caminadas. Tiene un sólo piso a simple vista, pero en realidad esta casa tiene dos pisos y es la única que conozco en que entramos al segundo piso y no al primero: el resultado de vivir en una ciudad construida en cerros. La casa de mis tías tiene un patio grande que se distingue por sus pajareras y el canto de los inseparables, por el taller de soldadura de mi abuelo, por los gallineros de mi tía Cristina. La sala o living si se le quiere llamar es muy linda, elegante pero a mí me da un miedo inmenso, creé un trauma porque ahí ha habido dos velorios y a mí la muerte me causa trauma, todo un tema. No la entiendo, ¿para qué morir, para qué?

Mi tía Cristina y Nidia son hermanas mayores de mi padre, son un ejemplo de hermanas, se acompañan, se apoyan, se quieren y se respetan tanto que se tratan de usted. La mayoría de las veces van juntas a todos lados, como cuando van a visitar a mi tía Sylvia que en realidad es tía de ellas, de mí es tía abuela. Ellas son la casa, con sus tazas de té y sus adorables manías (antes no encontraba razón lógica de mi carácter maniático hasta que las fui conociendo un poco más), sus dichos y sentido simple y bello de la vida. A mi abuelo Lalo le gustaba criar inseparables y les tenía unas jaulas bellas en el patio, ahora que él ya no está se puede decir que además de una numerosa familia dejó un  tierno legado, sus dos hijas, perfecta metáfora de los inseparables de mi abuelo. 

Poema del hijo por Gabriela Mistral

A Alfonsina Storni

I

¡Un hijo, un hijo, un hijo! Yo quise un hijo tuyo
y mío, allá en los días del éxtasis ardiente,
en los que hasta mis huesos temblaron de tu arrullo
y un ancho resplandor creció sobre mi frente.

Decía: ¡un hijo!, como el árbol conmovido
de primavera alarga sus yemas hacia el cielo.
¡Un hijo con los ojos de Cristo engrandecidos,
la frente de estupor y los labios de anhelo!

Sus brazos en guirnalda a mi cuello trenzados;
el río de mi vida bajando a él, fecundo,
y mis entrañas como perfume derramado
ungiendo con su marcha las colinas del mundo. 

Al cruzar una madre grávida, la miramos
con los labios convulsos y los ojos de ruego,
cuando en las multitudes con nuestro amor pasamos,
¡Y un niño de ojos dulces nos dejó como ciegos!

En las noches insomne de dicha y de visiones,
la lujuria de fuego no descendió a mi lecho.
Para el que nacería vestido de canciones
yo extendía mi brazo, yo ahuecaba mi pecho...

El sol no parecíame, para bañarlo, intenso;
mirándome, yo odiaba, por toscas, mis rodillas;
mi corazón confuso, temblaba al don inmenso,
¡y un llanto de humildad regaba mis mejillas!

Y no temí a la muerte, disgregadora impura;
los ojos de él  libraran los tuyos de la nada,
y a la mañana espléndida o a la luz insegura
yo hubiera caminado bajo de esa mirada....

II

Ahora tengo treinta años, y mis sienes jaspea
la ceniza precoz de la muerte. En mis días, 
como la lluvia eterna de los polos, gotea
la amargura con lágrimas lentas, salobre y fría. 

Mientras arde la llama del pino, sosegada,
mirando a mis entrañas pienso qué hubiera sido 
un hijo mío, infante con mi boca cansada,
mi amargo corazón y mi voz de vencido.

Y con tu corazón, el fruto de veneno,
y tus labios que hubieran otra vez renegado.
Cuarenta lunas él no durmiera en mi seno,
que sólo por ser tuyo me hubiese abandonado. 

Y en qué huertas en flor, junto a qué aguas corrientes
lavara, en primavera, su sangre de mi pena,
si fuiste triste en las landas y en las tierras clementes,
y en toda tarde mística hablaría en mis venas. 

Y el horror de que un día con la boca quemante
del rencor, me dijera lo que dije a mi padre:
"¿Por qué ha sido fecunda tu carne sollozante
y se henchieron de néctar los pechos de mi madre?".

Siento el amargo goce de que duermas abajo
en tu lecho de tierra, y un hijo no meciera
mi mano, por dormir yo también sin trabajos
y sin remordimientos, bajo una zarza fiera.

Porque yo no cerrara los párpados, y loca
escuchase a través de la muerte, y me hincara,
deshechas las rodillas, retorcida la boca,
si lo viera pasar con mi fiebre en su cara.

Y la tregua de Dios a mí no descendiera:
en la carne inocente me hirieran los malvados,
y por la eternidad mis venas exprimieran
sobre mis hijos de ojos y frentes extasiados. 

¡Bendito pecho mío en que a mis gentes hundo
y bendito mi vientre en que mi raza muere!
¡La cara de mi madre ya no irá por el mundo
ni su voz sobre el viento, trocada en miserere!

La selva hecha cenizas retoñará cien veces
y caerá cien veces, bajo el hacha, madura.
Caeré para no alzarme en el mes de las mieses;
conmigo entran los míos a la noche que dura. 

Y como si pagara la deuda de una raza,
taladran los dolores mi pecho cual colmena.
Vivo una hora entera en cada hora que pasa;
como el río hacia el mar, van amargas mis venas.

Mis pobres muertos miran el sol y los ponientes
con un ansia tremenda, porque ya en mí se ciegan.
Se me cansan los labios de las preces fervientes
que antes que yo enmudezca por mi canción entregan. 

No sembré mi troje, no enseñé para hacerme
un brazo con amor para la hora postrera,
cuando mi cuello roto no pueda sostenerme
y mi mano tantee la  sábana ligera.

Apacenté los hijos ajenos, colmé el troje
con los trigos divinos, y sólo de Ti espero,
¡Padre Nuestro que estás en los cielos!, recoge
mi cabeza mendiga, si en esta noche muero.


Poema dedicado, a su capacidad sabia de permanecer en mi memoria de eterno plazo.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Resumen trimestral

Ha vuelto la primavera y con ella, recuerdo que la última vez que entré a escribir algo a mi blog de autoría propia era invierno para criticar a la FECh, impíamente. Desde dicho tiempo a esta parte han pasado tantas cosas interesantes de comentar a través de este medio casi epistolar. 

Terminé mi práctica profesional en la Municipalidad de Santiago. A principios de abril comencé una de las últimas etapas de mi formación profesional en la Subdirección de Participación Ciudadana y debo decir que fue una experiencia en que aprendí muchísimo y conocí a grandes funcionarios públicos, el balance siempre es positivo. Durante el último mes aún no tenía claro mi futuro de corto plazo hasta que empecé a cuestionarme cual Examen de Conciencia una de las preguntas más ridículas pero necesarias en la vida de cada ser: ¿qué me hace feliz? Miles de alternativas venían a mi mente en ese momento trabajar, amar, disfrutar, viajar, leer, estudiar. Pero la indispensable radicaba en algo más profundo y es que si uno lleva más de cinco años de estudio y sacrificio para convertirse en profesional, no será importante que más allá del legítimo deseo de obtener retribuciones materiales de dicha inversión, también haya que preocuparse que en el ejercicio profesional seamos felices. Y evidentemente que mi felicidad ya no estaba en Santiago o puede que sí pero quizás a un millón de años luz (ya me puse dramático). Días enteros sin la luz del sol, toda la semana el aire contaminado, la distancia con la familia, el frío del invierno, la inseguridad y esa pena que me da la lluvia. Nada me ataba a la capital más que terminar la práctica y cerrar una ayudantía por lo que decidí volver a mi tierra, al Norte Chico para retribuir a los míos, para trabajar por Atacama con los días llenos de sol, el tiempo dirá en qué y cómo. 

Al volver me regalé una semana de relajo o más bien dos, siendo justo. Vida social, mucha tele y comida por montones, chocheé por mil junto a Leandro, niño terapéutico, no hay otro. Hasta que un día decidí que era hora de terminar mi informe de práctica, lo que finalmente me tomó más tiempo del que supuse. El último día de redacción del informe comí mucho maní y hubo uno especial que me rompió la encía de una muela y se alojó en la herida (que asco), lo que me produjo un dolor horroroso de muela, un dolor que para mí es verdugo, es a estas alturas un castigo divino. Yo no lo sabía, sólo sentía dolor y supuse que era la muela del juicio. El dentista apenas me miró decidió inyectarme anestesia y enviarme de vuelta a los asientos de espera. Cuando me llamó otra vez y yo estaba convencido de que me iban a extirpar la pieza, me dice que no era así, que tenía un resto de maní incrustado en una herida que me produjo infección con consiguiente dolor e hinchazón. Definitivamente había entrado desde hace una semana en lo que don Pedro Engel llama Infierno Astral, una diarrea antes del evento de la muela del juicio había azotado mi salud. Y antes de la diarrea, Leandro se resfrió y su pecho se llenó de flemas. Terrible tiempo, creo que no me podía apenar nada más que ver a Leandro enfermo, con dolor y fiebre. Finalmente somaticé pero nada que no pudiera arreglar con remedios caseros en el caso de la diarrea y un bello dentista en el caso de la infección molar. El informe de práctica fue otro parto que no avanzaba ni dilataba, aunque estaba todo listo, las taras de Word siempre son algo que conlleva tiempo corregir, juntar hojas esparcidas por la memoria de mi computador, hacer gráficas, interpretar y opinar, todo lo que pensé que podía hacer un día me tomó casi una semana. Resumen: ciento sesenta y cuatro páginas, días enteros de tecleo y digitación. Con mucho orgullo escribí en la portada del informe: COPIAPÓ, CHILE y envié por correo el casi kilo y medio de papel a la oficina del profesor guía en la capital.

Desbloqueado el envío del informe de práctica comenzó otra batalla, diría que la batalla final: estudiar para el Examen de Título, la última etapa que cierra mi calidad de estudiante universitario de Administración Pública. Días enteros leyendo textos y resúmenes que cuando finalizaban aumentaban mi angustia al darme cuenta de que no podría estudiar toda la carrera en tres semanas. Iluso. Pero al menos me propuse un método menos ambicioso y más práctico, el que logré finalizar aunque hubiera sido en el último segundo previo al examen. En estas semanas tuve diversas tareas extraprogramáticas como mi cumpleaños, el de mi tía Eli y el de Ayalén. El tiempo era valiosísimo entonces, cualquier segundo contaba para leer aunque fuera un artículo del Estatuto Administrativo o alguna diapositiva de Ciencia Política. Mientras más me acercaba a la fecha del examen, más irritable estaba.

Volví a Santiago y alojé en la casa de un primo porque dejé el departamento del 301-A en donde viví por casi tres años con Camila y Felipe. No quería que nadie me hablara, que nadie me tocara ni interrumpiera mi plan en marcha para aprobar aunque fuera con nota mínima el examen. Todos los santos de todas las religiones eran mis copilotos. El día del examen escrito pasó y mi ansiedad bajó a la mitad, sentí que me había ido tan bien que no necesitaría una nota tan alta en el más temido que es el examen oral, frente a una comisión de cinco profesores. Apenas pasó la primera compañera a dar su examen mi ansiedad se multiplicó por mil, todos los miedos que había neutralizado con grandes razones volvieron hasta que llegó mi turno de enfrentar a la comisión examinadora. Fue cerca de las once y treinta minutos de la mañana del jueves cuatro de septiembre. Hace como tres semanas. En el momento en que preparaba mi respuesta sentí miedo, cómo iba a responder qué había que hacer cuando se caía una corchetera del quinto piso de una institución pública y rompía la carrocería de un auto. Aprenderme los principios de la Ley 18.575 no fue en vano y con la mente más fría de toda mi vida me lancé a escribir mi respuesta en menos de una hoja. Tan seguro estaba que hasta tenía ganas de sentarme en esa silla que era casi como de ejecución de condenados a la pena capital. Respondí y hablé de corrido con un tono muy de político convincente, que es lo que yo creo y recuerdo. No sé cómo me habrán percibido los demás pero me fui calificado con un 6.3, por lo que creo que mis expectativas no estaban tan lejos de la realidad. Felicidad, satisfacción, relajo e incredulidad de que por fin hubiera terminado mi paso por la universidad, y con mucha intención de sonar soberbio, la mejor universidad de este país. Esa noche no supe más de mí, celebré con mis compañeros el éxito y terminamos desayunando en el Mercado Central unas empanadas y platos de pescado con té de hoja mientras afuera llovía sin parar. Ayer recibí mi nota del examen escrito, me fue mejor que en el oral y ya se cierra definitivamente mi era de estudiante, aunque no descarto en el corto plazo realizar un magíster si los conocimientos llegaran a quedarme cortos.

Podría pasar días enteros hablando del Examen y de la aventura en sí misma que ha sido el proceso de titulación, además de lo bello que es la Administración Pública como ámbito de conocimiento teórico y no tanto. Se ha pasado más de la mitad del año y yo siento que no ha pasado mucho, que en unos días más haremos todos nuestros balances anuales de vida y que me voy a quedar con poco que contar. De todas maneras, siempre es positivo el balance y egoísta mi mirada de tanto que ha pasado pero yo todavía no lo creo. En estos días me he propuesto ayudar a mi tío Luis en la gestión de la parcela, junto a Katia, mi prima hemos dedicado algunas horas a sentar las bases estratégicas y organizacionales de lo que se llama Granja Educativa Uta Wila, Casa Colorada que justamente es la parcela pero con un nombre al que podamos referirnos formalmente de ahora en adelante.

Aún no he ido yo mismo a buscar trabajo porque estoy esperando titularme, ganar dinero no se me ha hecho muy urgente por lo que puedo soportar unas semanas más de cesantía, o para que no suene tan trágico, semana sabática. De todas maneras, mis currículum andan transitando en las oficinas de Recursos Humanos de Atacama porque de algo estoy seguro: no salgo más de Copiapó.

jueves, 24 de julio de 2014

Perdidos en diciembre

Ha sorprendido y confundido el actuar de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) por el desempeño de la Mesa Directiva como del Pleno de Concejeros frente a los múltiples hechos que ha protagonizado el Gobierno y la conducción de las Reformas Educacionales por parte del Ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre.

Entre noviembre y diciembre del año pasado, los que hasta ese entonces éramos estudiantes de la Universidad de Chile escuchábamos y prestábamos atención a las que creíamos una de las elecciones de Gobierno Universitario Estudiantil más interesantes. Nadie sabía bien quién ganaría las elecciones pero sí que las Juventudes Comunistas perderían por el sólo hecho de haber ingresado el Partido Comunista a la Nueva Mayoría, actual coalición liderada por la Presidenta Michelle Bachelet. No estaban las confianzas de los estudiantes de bases con la Jota.

La Presidencia de la Mesa Directiva de la FECh era un espacio en cuya disputa había seguridad del triunfo del Pacto Izquierda Autónoma - Nueva Izquierda Universitaria - Romanesku (Lista Crear Izquierda Amplia) y el Pacto Unión Nacional de Estudiantes y Frente de Estudiantes Libertarios (Lista Luchar). Los últimos ganaron y representan, según lo que argumentaron y comprometieron en campaña una de las vías más radicales de la izquierda estudiantil. En tanto, la Izquierda Autónoma se quedó con la Vicepresidencia, las Juventudes Comunistas con la Secretaría General, y tal fue el triunfo del Pacto UNE-FEL (de la lista Luchar) que dado el sistema electoral de la federacíón, su mecanismo de integración logró posicionar a uno de sus candidatos como Secretario de Comunicaciones y finalmente la Lista de Vamos Construyendo logró obtener el cargo de Secretaría Ejecutiva.

Por una parte, se dudaba del triunfo de Izquierda Autónoma por ser el colectivo cuyos dos últimos Presidentes no lograron vencer la pérdida de vigor y vigencia en las calles del movimiento estudiantil. Se les criticó fuertemente por la debilidad de su gestión en cuanto a la poca capacidad de movilización a nivel de bases: durante las presidencias del actual Diputado Gabriel Boric y Andrés Fielbaum, los semestres dentro de la Universidad se cerraron con relativa normalidad, los paros fueron esporádicos y toda vez que algún otro sector quiso repetir la experiencia de 2011, no encontró eco en las presidencias autónomas de 2012 y 2013. La Lista Luchar tampoco era la segura ganadora, pese a la contundencia de sus exposiciones en salas, foros y patios de la Casa de Bello. Fabián Araneda logró a finales de 2012 llevar a Luchar a la Vicepresidencia de la Mesa Directiva FECh para el período 2013, lo que daba cuenta hacia dónde se estaba moviendo el electorado universitario, sin embargo, durante su gestión, las relaciones internas de Luchar no fueron las mejores puesto que se produjeron diversas diferencias entre el FEL y la UNE al punto de que en el ámbito de la política universitaria y a las salidas de los Plenos FECh se hablaba irónicamente de Quebrar y no de Luchar. Pese a lo anterior, Luchar volvió a reunirse, como fuere limó asperezas y puso en Melissa Sepúlveda la misión de ganar las elecciones.

Esta no fue una elección cualquiera, fue una que coincidió con momentos políticos claves: la elección presidencial, cuyas encuestas daban con seguridad el triunfo de la Presidenta Bachelet, quiem en sus compromisos de campaña aseguró, entre otras cosas, la gratuidad universal en las universidades tradicionales. En los patios se hablaba de desconfianza del futuro gobierno, de la calle, del ajuste de cuentas con la Presidenta, de la Concertación, de que la Jota entregaría la FECh al gobierno, de que no se transaría en nada y que los cantos de sirenas y que lo mismo de siempre y las marchas y los paros, que las vacaciones y marzo, en fin, una campaña totalmente relacionada a la Presidencia de la República. De aspectos internos de la Universidad, de los estatutos y orgánica del Pleno y la Mesa de la FECh: poco y nada. La beligerancia contra la Nueva Mayoría era lugar común de cada foro y pasos por sala.

El día en que elegimos a la Mesa FECh y el Pleno de Concejeros para el 2014, José Carrasco Tapia 9 se llenó de cánticos, de banderas rojas y negras: se había conformado una mesa sin ganadores de derecha, la izquierda universitaria prometía estar con los pies en la calle para guiar las reformas en educación en los términos que los movimientos sociales habían exigido desde el 2006 y el 2011. Algunos cantaban: Bakunin, Marcel Claude, sembraremos el terror. Todos esperábamos un país con estudiantes totalmente paralizados desde febrero. Pero las cosas no se han dado así. La Presidenta Bachelet asumió nuevamente el mando de la Nación y desde entonces hemos presenciado apenas dos o tres marchas universitarias.

El Ministro de Educación por su parte, ha cometido tantos errores de comunicaciones y de forma que uno llega a pensar que está cansado y lo hace a propósito. Eyzaguirre ha dado tantos pases gol a la CONFECh pero a lo más vemos a los dirigentes hablando por Tolerancia Cero, el noticiario o bien sus cuentas de Twitter. Algo que era más bien propio de los gobiernos de la Izquierda Autónoma, lo replica ahora Melissa Sepúlveda de quién se esperaba una conducción radical y más exigente. Pero no, ella prefiere hablar de otros temas, vincular todo a la violencia y decirle algunas pesadeces por la prensa al Ministro Eyzaguirre, hasta que las polémicas decantan y las ventanas se cierran. Se esperaba que la CONFECh fuera capaz de movilizarse porque fue para eso que la mayoría le dio su voto de confianza, y presionar para que las reformas de la Presidenta fueran empujadas desde la centro izquierda a la izquierda más progresista.

Hasta ahora, las reformas en juego en el Congreso no se han corrido milímetro alguno hacia la izquierda, la derecha y la Democracia Cristiana han hecho un trabajo espectacular, los nuevos diputados de la bancada estudiantil han mostrado inexperiencia y poca capacidad de fuerza a la hora de empujar reformas hacia dónde ellos se comprometieron. Las reformas se están moviendo hacia la derecha, para no ser pesimistas, hacia el centro, aquel tan querido por los nostálgicos del status quo. Evidentemente, que en este tránsito de dos polos de la reforma, al movimiento estudiantil le cabe responsabilidad porque capacidad de presión sí tiene y así se demostró el 2011, al punto que sin haber apoyado a la Presidenta Bachelet en su campaña, son sus exigencias históricas las que hoy se discuten en las reformas enviadas por el Ejecutivo; al punto de enviar al precipicio la popularidad del Expresidente Piñera. La DC está llegando mejor a los pases gol de Eyzaguirre y ha introducido en el Ministerio a Andrés Palma y negociando la llegada de Mariana Aylwin, cuya defensa a la Educación que ya nadie quiere es muy alabada y resaltada por los medios de comunicación; los asesores que llegaron en un principio a apoyar a Eyzaguirre, llámese Crispi y compañía se han notado cero, han pesado mediáticamente muy poco. Ya se habla de que Eyzaguirre se va, de que se acabó la reforma y los malos de siempre (la DC) volvió a ganar. Es que se subestimó a la DC sin necesidad de hacerlo, se la quiso arrinconar cuando se habló del nuevo eje PS-PPD, el PC quiso dar un peso más a la izquierda a la coalición, pero la DC fue más astuta y en silencio y sigilosa terminó arrinconando a todo el gobierno junto en la Reforma Tributaria en el Senado y si no se toman las providencias políticas necesarias, lo hará también con la Reforma Educacional y las reformas que vengan de acá a cuatro años más.

El movimiento estudiantil de la CONFECh está debilitado, casi pusilánime, intentando incidir por una de las que nunca fue una vía válida para ellos: la institucionalidad, por medio del Plan de Participación Ciudadana del Ministerio de Educación, algo que ya todos sabemos no es vinculante. La Participación Ciudadana sirve mucho pero tiene sus bemoles puesto que la exigencia de hacer vinculantes sus procesos pasa los límites incluso de la Constitución que asegura el ejercicio de la soberanía a las autoridades y al pueblo en elecciones y plebiscitos. Me cuesta creer en la calidad de esta estrategia, al parecer quieren golpear la mesa desde los Diálogos Ciudadanos o algún Cabildo Ministerial con la amenaza de que si las conclusiones de éstos no son vinculantes como se les aseguró, entonces se movilizarán hasta que no quede estudiante en aulas. Pero para ser francos, todo depende del timming del gobierno, que hasta el momento ha sido políticamente eficaz.

Estamos en presencia de una CONFECh tímida, que a dichos del Ministro de Educación sobre gratuidad sólo para cuatro años reacciona de forma tardía, a través de tuits y estados de Facebook como si por medio del computador fueran a hacer cambiar el rumbo de una reforma. Sinceramente, no me esperaba que Melissa Sepúlveda soportara por mucho tiempo los constantes berrinches de Naschla Aburman, ni que tuviera un liderazgo tan pasivo. Me pregunto dónde están los trabajadores unidos con los estudiantes marchando todos los días por la Alameda como le gusta a Luchar, dónde está Marcel Claude, en dónde quedaron las desconfianzas y las promesas de paralizar la Universidad de Chile al primer traspié del Gobierno de la Presidenta Bachelet, dónde están los discursos de bella oratoria en el balcón de la FECh. Allá pueden estar, perdidos en diciembre.

sábado, 10 de mayo de 2014

El palomo por Violeta Parra

Yo crié un palomo ¡caramba! sólo para mi recreo,
me paso llorando ¡caramba! cuando no lo veo. 
¡Ay mi palomo, tanto que lo amé!
dejándome sola ¡caramba! se voló y se fue. 

Él no come trigo ¡caramba! ni tampoco arroz,
sólo se mantiene, ¡caramba! con mi fino amor. 
¡Ay mi palomo, tanto que lo amé!
dejándome sola caramba se voló y se fue.

Me subo al cerrito ¡caramba! por verlo pasar,
lo tapa una nube ¡caramba! me pongo a llorar.
¡Ay mi palomo, tanto que lo amé!
dejándome sola caramba se voló y se fue.

Reflexiones de un vencido II

Tengo pena, extraño a todo el mundo incluso a quienes todavía no conozco. En este departamento frío habita más que mí mismo, mi tristeza de los días nublados y de los amores perdidos. Pasean y saltan las letras de las canciones que más me angustian, las que más me conmovieron a la hora de las mejores horas. 

Tengo cansancio en la mirada, un desgaste emocional similar a noches sin dormir, voy por el mundo con la angustia de no dejar de sentir ni aunque sea un minuto preocupación por algo, por alguien. Y si no me preocupo, más me preocupo. 

Tengo el corazón roto, dos veces roto y  no tengo a quien echarle la culpa. En menos de un mes aposté y perdí todo... cientos de acordes, gritos y microlágrimas me invaden las facciones. Pero no me arrepiento, aunque duela he de poner hasta el día en que me muera, el pecho a las balas. 

Fin de la reflexión.

sábado, 3 de mayo de 2014

El envoltorio de chicle

Querido, no; “querido” no porque yo te amo como se ama al amor platónico que en realidad no es amor platónico sino aquel amor imposible que eres tú y que sólo para adueñarme de un discurso menos perdedor denomino platónico. Da lo mismo, yo te amo porfiadamente y eso es lo que importa. Necesito comentarte que yo siento que el estómago y cada tripa  se me retuercen como ostiones al tacto cruel del limón cuando escribo tu nombre en mi buscador de Facebook porque temo que al ver tu foto de perfil estés como esos hombres a los que su novia obliga a colocar una imagen con ella y agradezco tanto que ese momento aún no llegue porque me quedaría como sin corazón.

Hace meses –y no exagero– que no he entrado a visitar tu muro, pues bien temo enamorarme más. Tu nombre está en la lista de “ocultar publicaciones” y así he sobrevivido a la imposibilidad. Recuerda que antes a eso cerré mi cuenta, pero apenas volví me enrrostraron tus paseos por el mundo, tus fiestas en discotecas exclusivas, tus partidos de fútbol. En los minutos que de pronto tengo libres comienzo a elucubrar qué será de ti, tu familia, tendrás sobrinos, cuántos campeonatos ganaste o perdiste en la última liga o bien, escudriño en mi memoria respecto de la última vez que soñé contigo. Me parece que de un día a otro comencé a extrañarte, cuando la posibilidad de conquistar a otro se me cayó por completo recordé tu imagen, esa imagen burlona que se parece a La media vuelta que tan bien canta Luis Miguel.

En las veces que voy en las calles y escuchando radio con mis audífonos siento que alguien grita, mi fuero interno se remece y solicita que seas tú quien me encuentra en la calle para correr a darte la mano, a abrazarte para preguntarte cómo estás y que tanto tiempo huevón y de a poco recriminarte este silencio bruto e impío, cómo se te ocurre no contestar mis correos, qué te he hecho o crees que soy de fierro para no saber de ti en meses y sobrevivirlos. No nací mujer, nací hombre y en eso no hay culpa, mucho menos la hay en quererte y sé que no debo ser el único, pero seguramente soy el que tiene más valentía, menos dignidad. Te vas porque yo quiero que te vayas, a la hora que yo quiera te detengo… Quererte es un apostolado, un medio y fin en sí mismo.

En las veces que voy en las calles mirando el suelo guardo la esperanza de que a mi espalda la sorprenda tu dedo índice reclamando mi atención, hola Diego, cómo estás, qué estás haciendo, dónde estás haciendo tu práctica; pero en las veces que voy en la calle cabizbajo mirando el suelo para que nadie descubra en mis ojos el amor que yo guardo, te recuerdo igual, cuando descubro en cada pedazo de vereda los envoltorios de Bigtime regados por la capital y evoco la jornada en que te pedí por favor que me regalaras un chicle porque había olvidado el cepillo de dientes en casa, sí dijiste, toma y me lo diste como un acto olvidable, sin gracia ni sentido, como darle cualquier huevada a cualquier huevón, pero uno de mis sentidos se anticipó a esta ausencia de ti y me hizo conservar en mi estuche el envoltorio de aquel masticable como recuerdo de aquel momento generoso. Aún no llega la hora en que bote a la basura ese papel lleno de ti. No tengo cómo escapar.

domingo, 30 de marzo de 2014

Mi libre canción por Lucio Battisti

En un mundo que vive sin amor
eres tú mi libre canción,
y la inmensidad se abre alrededor
más allá del límite del corazón.

Nace el sentimiento en mitad del llanto
y se eleva altísimo y va,
y vuela sobre el gesto de la gente
a todo lo más noble indiferente,
ajeno al beso cálido de amor, de puro amor. 

En un mundo que (cae un día el muro) 
prisionero es (recubierto de las rosas selváticas)
libres respirábamos (revive o no)
tú y yo (se eleva o no)
Pero la verdad (bosque abandonado)
clara brilla hoy (y por ello sobreviviendo virgen)
y nítida su música (se abre o no)
sonó (se cierra o no).

Nuevas sensaciones, nuevas emociones
se expresan ya purísimas en ti.
El velo del fantasma del pasado
cayendo deja el cuadro inmaculado
y se alza un viento tímido de amor, 
de puro amor.

Y recúbrote, 
dulce amado que 
no sabe el camino, 
no sabe que de verdad 
al lado tuyo vendré,
si quieres tú. 

Cae un día el muro 
recubierto de las rosas selváticas
revive o no, se eleva o no.
Bosque abandonado 
y por ello sobreviviendo virgen
se abre o no, se cierra o no.

En un mundo que prisionero es
libres respirábamos tú y yo,
pero la verdad clara brilla hoy
y nítida su música sonó.

Nuevas sensaciones, nuevas emociones
se expresan ya purísimas por ti.
El velo del fantasma del pasado 
cayendo deja un cuadro inmaculado
y se alza un viento tímido de amor, 
de puro amor. 
Y recúbrote. 

sábado, 29 de marzo de 2014

¿Qué será, qué será?

Antes de olvidarlo, dejaré un registro del último sueño. Pantalones rojos vestían tus piernas, mi cama, cerca de las cinco de la tarde. Me senté al lado tuyo y me apoyé en ti. Tu nariz, que te distingue del resto y por tanto la amo, era protagonista. Yo lograba acariciarla con mi cara, circunscritos ambos en un acto de cariño, de sentirnos a través del rostro, mi pómulo izquierdo me hizo feliz cuando jugaba con tu nariz a comunicarse cosas que no logro entender.

No es la primera vez que relato estos sueños y que el subconsciente traiciona mi voluntad. Al parecer las decisiones que tomo despierto no surten efecto en las noches. Pero me gustó la idea de estar ahí en mi cama, en mi ciudad, con las puertas abiertas y querernos sin más complejos que la vida misma.

Eso en los sueños porque en tal vida misma las cosas son más bien distintas. Me he convencido de que la prioridad está en trabajar, en un lema como “Procuro cansarme, llegar a la noche apenas sin vida” para no pensar y no doler. Reprimir el deseo de amar sin ser amado es lo que hago desde que despierto hasta que me duermo, pero el subconsciente es más astuto y me hace actuar en escenas que no tendrían lugar sin haber nacido otra vez. De todas maneras, he aprendido a ser racional y encontrar explicaciones sensatas a lo que de primeras no entiendo. Ahora, dedicaré el resto del día a entender por qué me dijiste que soy lindo… algo que no soy y que no me hace falta reprimir. Ay, ¿qué será, que será?


domingo, 9 de marzo de 2014

Comunicado

Podría resumir el verano 2013-2014 en un nombre: Leandro. Definitivamente, el ser humano que más me ha llenado desde hace mucho tiempo, un bebé exquisito, hijo de Gabriela, mi prima y Carlos. Aunque Gabriela es hija de un primo de mi papá, quiero a Leandro como si fuera mi propio sobrino, no sé si exagero porque en realidad mis hermanos no me han dado sobrinos. Es como pensar en quién inventó el amor, ¿cómo sabe si es amor si antes nunca lo sintió?, ¿cómo lo definió en un concepto vinculante al resto de la humanidad? (Sí, son los largos debates nocturnos que sufría en mi adolescencia). El punto es que cuando Leandro nació no estaba en Copiapó y no pude ir a bienvenirle, sin embargo, apenas lo conocí nuestros genios fluyeron, una cuestión parecida a esas amistades inmediatas. Nunca me había pasado con otros niños, pero sentí que debía ser su padrino, mas como soy tímido y bueno para subvalorarme pensé de inmediato en lo incómodo que sería para sus padres decirme que ya tenía un padrino, pero de todas maneras me mantendré al aguaite y en campaña. 

Luego volví a la universidad para terminar mis últimos ramos y como era bebé de sólo meses de edad, se olvidaría de este tío nuevo que conoció y que por lo demás es tan olvidable. No obstante, cuando volví a verlo meses más tarde comprobé que la conexión estaba intacta pues al llamarlo lanzó sus brazos a los míos, en resumen, se transformó en mi regalón. Tanto, que ya no quiero irme, me convencí de que en Santiago no existen muchos asuntos pendientes y que si existen, todos los puedo resolver desde acá, Copiapó. Ya lo veo, lloraré cuando me devuelva a la capital, se me quebrará la voz cuando le diga adiós con una sonrisa que esconda mi cuita y alzaré mi encono cuando sea su primer cumpleaños y no tenga cómo saludarlo, vida terrible no más. 

Pero entre terminar 2013 y comenzar 2014 ocurrieron otras cosas. Lamentablemente, mi abuelo falleció de un cáncer que lo consumía desde hace casi un año y sin poder despedirme de él se fue a la vida eterna de la mañana a la tarde mientras era un viernes en que me esforzaba por terminar una de las tantas minutas de mi investigación de estudios aplicados en centro de Chile. Fue un golpe duro pero para el que estaba preparado, pese a que la pena de no poder decir adiós para siempre a un ser querido nunca se irá, me tranquiliza haberle hecho saber que lo quería y que no me había olvidado de él en todo el tiempo en que no nos comportamos como un abuelo y un nieto. Creo que hubo dos semanas entre la última vez que lo llamé y que murió, con los enfermos de cáncer nunca se sabe; al menos he visto dos experiencias en que en la mañana no hay de qué preocuparse pero en la tarde ya están agonizando y jadeando con los efectos reflejos de un cuerpo que se va quedando sin vida. No hay nada más terrible, creo, que ver llorar sin consuelo a los padres porque no hay nada que esté a nuestro alcance para darles paz. Un duro golpe en medio del estrés de mi último cierre de semestre. Vete para siempre, muerte infame. 

Dado los trágicos acontecimientos, tuve que reagendar entregas y notas, pero algo se mantuvo inflexible: presentar en Santiago el treinta de diciembre los resultados y conclusiones de la investigación. En medio del desastre hubo que preparar todo, rearmar y llenarme de fortaleza... pero resisto bien... en el bus de vuelta a Santiago terminé de preparar las gráficas y apenas llegué a mi departamento me bañé y redacté cuanta palabra creí correcta. A las doce del día había que estar en la sala presentando, salí de voluntario y expuse con la sensación de hablar tonteras luego de que el profesor nos contara a todos que dado el bajo nivel de la calidad de nuestras investigaciones nos daría un nuevo plazo, es decir, lo que yo creía terminado y destinado a su suerte, en realidad merecía más días de dedicación, pero qué le íbamos a hacer si ya estábamos ahí. Volví a Copiapó esa misma noche para pasar el Año Nuevo en casa y no volver hasta marzo. Reenvié la investigación con las acotaciones que me sugirieron los docentes. Me fue bien y un seis uno se transformó en la última nota de mi pregrado. Terminaba al fin una etapa más de mi vida: la universidad. 

¿Ahora? se viene la práctica y afortunadamente tengo dos ofertas y no sé por cuál decidirme. Lujos que me puedo dar con merecida soberbia después de todo lo que entregué. Realmente, espero que lo que sea me haga bien a mí y mi trabajo sea realmente un aporte. ¿Amor? Estoy más solo que un perro, tanto que me alegra que mi tía Sylvia esté convencida de que cuando voy a trotar en realidad no voy a trotar sino a juntarme con mis amantes, linda, me tiene tanta fe. Antes de seguir dando detalles innecesarios e irrelevantes de mi vida de cama me iré a dormir porque mañana me levantaré temprano para ir a jugar con el bebé más adorable y lindo del mundo. No exagero, ahí nadie le gana.

Calla Diego, calla

Mientras todos están en sus respectivas fiestas o funerales, estoy redactando acerca de lo que parece volver a imponerse como moda: bloguear. Una lástima, dos entradas de verano hasta que se nos van las ideas dada la alta dosis de estrés que conlleva marzo, abril, mayo hasta llegar a enero. El otro día me solicitó un viejo amigo por guía bloguera detrás de un desganado: "me podrías decir cómo se hace". Fácil, se escribe y se le mete mano a la página de Blogger. Uno sabe cuando alguien quiere entrar a estas lides por mera apariencia de intelectual: claro, el que es un bloguero innato no requiere que nadie le enseñe a escribir ni a editar sus entradas. Realmente terapéutico escribir con la sensación de un público desahogo. Mi libre canción. 

Vaya introducción, y pensar que estuve una hora en el baño pensándola. Escribir blogs representa siempre una apuesta a mostrarse al mundo por mucha vergüenza que ello conlleve, no se trata de plataformas como ask.fm o las famosas confesiones de Facebook porque escribir en esta plataforma no es para personas asiduas a seguir modas que se olvidan pronto con el tiempo, sino para los que tenemos vocación de columnistas, algo que contar y compartir. No, esto no se trata de vanguardias. De hecho, hay personas que no tienen cuentas de Twitter ya que saben que lo de ellos no es la emisión de opiniones (lo que no significa que no las tengan). Sé que estamos y soy parte del mundo libre, hagan lo que quiera mientras no me molesten, pero en realidad, ¿no les causa molestia ver cuentas de Twitter o Blogger con cinco paupérrimos comentarios o entradas? Moda, mera moda. 

Esta actividad, que muchos psicólogos recomiendan por ser terapéutica, también conlleva ciertas responsabilidades como hacerse cargo de lo que uno escribe. Hace algunos días estuve apunto de escribir una historia que involucra a mis amigos, es verdad, el deseo de ser leído y comentado casi me hace perder el norte. En mi cuenta de Twitter comenté que hace poco me había enterado de unas historias de compañeros de la universidad cuyo relato sorprendería a sus protagonistas ya que no saben que yo lo sé. Pese a que varios seguidores me conminaron a hablar, logré dimensionar el daño que harían mis palabras. Es una compleja reflexión y debate interno el que tengo todas las noches, por proteger a un amigo de una verdad dolorosa y guardarle el secreto a otro, a uno le soy desleal. Hashtag: del terror. Sólo confirmaré que siempre hubo alguien actuando y otro creyendo, fingía llorar y reía... como dicen algunos: manipulación pura. Me consuela que la verdad caerá por su propio peso, más temprano que tarde. Difícil ser confidente de tanto amigo. Otra cosa, no hay algo más aburrido que los dramas burgueses, es lo que pasa con las teleseries porque a medida que los canales fueron ambientando sus melodramas en los barrios altos, la audiencia fue bajando y las historias repitiéndose. No quiero sonar a Noesnalaferia, pero los dramas populares triunfan siempre. 

Hoy son las selfies e ir a los funerales de blanco, mañana todo podría cambiar. Qué frustrante ver que ahora todos se crean Pedro Cayuqueo, Noesnalaferia o la querible @JuanaRivers. Crean páginas de blog para comentar las galas de los Premios Oscar o de cómo se vistieron los faranduleros en los eventos televisivos de supuesto alto nivel. Jóvenes que quieren escribir blogs de historias sexuales como seres anónimos o para protestar por el mal de moda, a ellos jamás les tendré en mi lista de blogs que sigo... en fin, he vuelto amigos, he soltado en esta entrada una leve dosis de veneno y desahogo... me retrasé porque no estaba seguro de muchas cosas y ha sido un tiempo de grande lucha interna que cada palabra podría acabar comiéndomela al siguiente día. 

miércoles, 15 de enero de 2014

El violín de Yanko por Marcos Rafael Blanco-Belmonte

Madre, la selva canta,
y canta el bosque y canta la llanura,
y el roble que a las nubes se levanta,
y la flor que se dobla en la espesura,
y canta y juega el viento en el camino,
y en el rubio trigal las amapolas,
y en el cauce el arrollo cristalino,
y los troncos, los tallos, las corolas,
la tierra, el cielo azul, la mar gigante
y las hierbas que bordan el barranco.
Madre, es una canción dulce y vibrante,
que a Yanko llega y que comprende Yanko.

Era Yanko un chicuelo,
más rubio y sonrosado que la aurora,
con los ojos tan puros como el cielo
y el alma cual de artista soñadora.
La música del campo lo atraía...,
adivinaba un himno en los rumores,
que el viento recogía
al besar los arbustos y las flores,
y en el gorjeo matinal del ave,
y en el silencio de la noche grave
y en cáliz gentil de la violeta,
hallaba una canción tierna y sin nombre,
la canción sacrosanta del poeta
que apenas puede comprender el hombre.

Siempre que del mesón en la cocina
brotaban los armónicos raudales
de un violín cuya nota cristalina
es dulce cual la miel de los panales,
él escuchaba con sublime encanto
esa canción de arrullador cariño,
y con los ojos húmedos de llanto,
"quién tuviera un violín ", pensaba el niño.

La voluntad emperatriz altiva,
prestó a Yanko inventiva
para hacer un violín débil, crujiente,
cual hecho de un caballo con las crines
y con ramas de verdes limoneros;
violín tan semejante a los violines
como un trozo de vidrio a los luceros…
Mas, ¡ay!, en tal violín fue el llanto queja,
y fue la queja destemplado grito:
¡cual ruiseñor no gime la corneja
ni anida la endecha seductora
en un violín que llora cuando canta,
en un violín que chilla cuando llora!

Una noche estival toda fulgores,
al entreabrir sus párpados el cielo,
y al entornar sus cálices las flores,
arriesgóse el chicuelo
a entrar en la cocina,
y a impulsos de sus ansias ideales
tomó el rico violín de voz perlina
y le arrancó torrentes musicales.
Los peones: "Al ladrón", despavoridos
gritaron, despertándose del sueño
y sordos a los ruegos y gemidos,
feroces maltrataron al pequeño.

Agonizaba Yanko. En su agonía,
Febril y estertoroso, repetía:
"Madre la selva canta,
y canta el bosque y canta la llanura,
y el roble que a las nubes se levanta,
y la flor que se dobla en la espesura,
y las alondras al emprender el vuelo,
y las hierbas que bordan el barranco".
Y al expirar el niño, en noble anhelo,
Dijo: "¿Verdad, mamita, que en el cielo
Dios le dará un violín al pobre Yanko?"

Elegía por Guillermo Gutiérrez

Cuando tú vengas, todo será en vano;
se habrá secado ya el rosal florido;
mi corazón, lejano, muy lejano,
bajo la tierra, ya estará dormido...
Será tan dulce el sueño que me invada,
que mi oído sabrá como se agita
tu negra cabellera, desatada
para aromar mi soledad bendita.
Sentiré cuando crezcan las raíces
del árbol bueno que me preste sombra,
y al musgo que en sus anchas cicatrices
irá tendiendo una piadosa alfombra.
Tú, que en silencio velarás mi sueño,
oye el poema que en las tumbas canta.
Todo es bello y es bueno, hasta el pequeño
gusano tiene una belleza santa...
Pisa muy leve el polvo que me guarde
y escucha cómo asciende de la tierra,
en las lentas campanas de la tarde,
la armonía perfecta que ella encierra.
Se morirán los días lentamente;
y yo tendré prendida ya en la frente
la telaraña azul de la leyenda. 
Y todo será en vano... Solitaria,
una fontana perlará su lloro
cuando digas la última plegaria 
en el misterio de la noche de oro.
Aléjate en silencio de mi lado;
no te aflijas, no llores... no hagas ruido
porque mi corazón, viejo y cansado,
bajo la tierra ya estará dormido. 

Esta vieja herida por Pedro Sienna

Esta vieja herida que me duele tanto,
me fatiga el alma de largo ensoñar;
florece en el vicio, solloza en mi canto,
grita en las ciudades, aúlla en el mar.
Siempre va conmigo poniendo un quebranto
de noble desdicha sobre mi vagar.
Cuanto más antigua tiene más encanto...
¡Dios quiera que nunca se deje de sangrar!...
Y como presiento que puede algún día 
secarse esta fuente de melancolía
y que a mi pasado recuerde sin llanto,
por no ser lo mismo que toda la gente,
yo voy defendiendo, románticamente,
esta vieja herida... ¡que me duele tanto!...

La pena del viento por Francisca Ossandón

Detenerse es morir.
Y el viento lo sabe.
Las nuevas lluvias y los fríos
dan alas al viento que las coge aprisa. 
El los ojos de las violetas
hay un perfume de melancolía.
Tus pesares en horas secretas
robo y apuro de golpe.
¿No sientes de tu puerta 
los gatos negros en la fuga?
Las nuevas lluvias y los fríos
ahuyentan las alondras.
Las golondrinas lejanas, olvidan. 
Las palomas junto a mí, revolotean.
En mi corazón se clavan ansias desconocidas.
Suspira cuando florece la reina de la noche.
Y a la luz de una luna desolada
mi faz palidece.
Será tu cuerpo una desierta calle,
será mi cuerpo un jardín entristecido.
Las nuevas lluvias y los fríos
traen del tiempo reminiscencias.
¿No sientes el badajo de los recuerdos
martillar en la campana de los años?
Tren la vida, veloz y silencioso.
Mi tren repliégase en sí mismo.
Se detiene casi...
Mi pena, la pena del viento. 
Y en el viento Dios habla. 

Solea del amor indiferente por Manuel Benítez Carrasco

"Ni rencores ni perdón;
no me grites... no me llores;
lo nuestro ya se acabó...".
¿Rencores? ¿Por qué rencores?
No le va a mi señorío
guardarle rencor a un río
que fue regando mis flores.
Tú me diste los mejores
cristales de tu corriente,
y no sería decente
maldecirte por despecho
si sé que tienes derecho
a dar o negar la fuente.
Debo estarte agradecido
por tu generosidad.
Tú me diste por bondad
lo que yo di por cumplido
Me brindaste tu latido,
tus ojos siempre empañados
y los potros alocados
de tu amor en llamarada,
Me diste el beso primero
que el es que más atosiga
y me diste la fatiga
de un cariño verdadero. 
Me diste luna y estero,
tu corazón sin celaje;
y me regalaste el cielo
en tus ojos sin paisaje.
Por eso yo, bien nacido,
ni te odio ni te aborrezco.
Al contrario, te agradezco
todo lo que me has querido.
No me importa si te has ido
con tu barca hacia otro mar;
que yo no te puedo odiar
por esta mala partida, 
porque odiar, es en la vida,
un cierto modo de amar. 
Ni te vengas a mi lado
para pedirme perdón;
el perdón es la razón
de volver a lo pasado
y pasado... ¡acabado!
qué pasó... ¡porque pasó!
Déjame que viva yo
sin perdón y sin rencores,
porque por más que me llores
lo nuestro... ¡ya se acabó!

El artista por Eduardo Castillo Urízar

Yo fui un artista envidiado
a quien ciñó una corona
el mundo que hoy me abandona
porque me veo desgraciado.
Se olvida que sin hogar,
solo, hambriento va a morir
aquel que lo hizo reír,
estremecerse y llorar.
El duro pan que mi ruego
le arranca, se devuelve blando
cuando lo empapo llorando,
con mi lágrima de fuego.
.....................................
Fui dichoso cuando niño,
en esa edad de ventura
en que es blanca el alma pura
como garza y con armiño.
En que todo es inocencia,
todo es dulce y es risueño,
y es algo así como un sueño
que no acaba la existencia.
Hoy que lloro de hambre y frío
cómo sufro al recordar
las ternezas de ese hogar
que entonces hallé vacío. 
Yo quería que mi nombre
resonara por el mundo:
afán, anhelo profundo,
de aquel que empieza a ser hombre.
Quería con ansia ardiente
ser artista, que la gloria
contara al mundo la historia
de un laurel sobre mi frente.
Tras una lucha sombría
la ambición triunfó en mi pecho,
temblando llegué hasta el lecho
en que mi madre dormía.
Y con muda y honda pena,
madre mía, un sólo instante
puse mi pecho quemante,
sobre tu frente serena.
Después, loco me alejé,
como huyendo de un delito,
de aquel asilo bendito
donde todo lo dejé.
Corrí el mundo cual beodo,
tambaleándome, sin tino,
tropezaba en mi camino
y caía sobre el lodo. 
Pero me alzaba y seguía.
Iba sonámbulo y ciego,
impulsado por el fuego
de mi ambición que crecía.
Iba cual hoja a los vientos,
como corcel desbocado,
que lleva el hierro clavado
en los ijares sangrientos.
Hallé cuanto yo quería
en mis delirios hallar,
menos la paz de mi hogar
y su inocente alegría.
Ni la fe que bajo el techo
de esa mansión de ternura
inculcó mi madre pura
en el fondo de mi pecho.
Mientras yo el mundo corría
tras el placer que envenena,
ella, sola con su pena,
entre miserias moría. 
Mientras yo con ansia loca
buscaba gloria y afán,
no tenía ella ni un pan
para llevarse a la boca.
En mi amarga desventura
conservaré hasta que muera,
esta carta, la postrera
que le dictó su ternura:
"Vuelve, hijo mío, a mis amantes brazos,
yo no puedo olvidarte ni un momento.
Le hacen falta a mi pecho tus abrazos
y a mi boca tus besos y tu aliento. 
Si supieras, ingrato, ingrato, cuánto
por ti padece tu afligida madre:
este hogar está lleno de mi llanto
y del santo recuerdo de tu padre.
Estoy sola y enferma de tristeza.
Ven a endulzar mis penas, hijo mío;
si vieras, tengo blanca la cabeza 
y el corazón despedazado y frío.
Vuelve a tu alero errante golondrina
que ya tienes el plumaje humedecido
vuelve, y en triste y solitaria ruina
encontrarás tu abandonado nido.
Si tú no vienes a secar mi llanto, 
si tu no vuelves a curar mi herida,
luego, tal vez, allá en el camposanto,
bajo una cruz te esperaré dormida".
Yo creí que era una mentira
tanto dolor por mi suerte,
que nunca lleva a la muerte
el amor que un hijo inspira.
Mas, me engañé porque encierra 
de una madre el corazón
toda la fe, la pasión,
todo el amor de la tierra.
Se me encona más la herida
al recordar con dolor
aquella noche de horror,
la más negra de mi vida.
Era una noche de hielo
del invierno, una de aquellas
en que se van las estrellas
a vagar por otro cielo.
El telón se levantaba,
el teatro lleno y ansioso,
y yo sonriendo, nervioso,
con impaciencia esperaba.
De pronto, alguien para mí
trajo una carta cerrada,
cuya cubierta enlutada
con brusca mano rompí. 
Al saber lo que decía
sentí miedo, quedé yerto.
-¡Mi madre, mi madre ha muerto!,
grité con voz de agonía.
Sentí en mi frente sonrojos
y tempestades de mar,
pero no alcanzó a llegar
ni una lágrima a mis ojos.
Todas juntas y silentes
se condensaron en calma,
y cayeron en mi alma,
tempestuosas y candentes.
Desde ese instante fatal
siento un dolor siempre nuevo,
dolor que en el pecho llevo 
clavado como un puñal.
El telón se levantaba,
el teatro lleno y ansioso,
y yo aturdido, nervioso,
nada en el mundo esperaba.
Y así tuve que salir.
¡A cuántos manda la vida
que, con la mano en la herida,
hagan al mundo reír!
Mientras yo hubiera deseado
estar solo en mi agonía,
todo un teatro me aplaudía, 
frenético, entusiasmado.
Y su aplauso atronador,
y su grito de entusiasmo,
parecía un sarcasmo
y un insulto a mi dolor. 
Al escucharlo me dije:
"¿Por qué se burla de mí?", 
y tanto, tanto sufrí,
que en silencio lo maldije.
Después el remordimiento
con implacable tesón,
me desgarró el corazón
hasta dejarlo sangriento. 
Por mi frente dolorida
surcó una arruga temprana,
y asomó en ella una cana,
la primera de mi vida.
Para matar mi dolor
busqué un cariño; fui un necio:
no comprendí que el desprecio
sólo merece un actor.
Él no nace para amar,
sino para hacer reír
y después para morir,
mendigando, sin hogar.
En este mundo de olvido
todo cuanto luce y brilla
es espuma que en la orilla
se desvanece sin ruido.
Se rompe en la adversidad
el corazón solitario
como un roble centenario
que azota la tempestad.
En esta vida sin calma
todos cumplen su condena:
llevar oculta una pena 
en lo más hondo del alma.
El hombre aquí es un alud
que, con variada fortuna,
rodando va de la cuna
al fondo del ataúd. 
Yo como muchos caí
en profundo precipicio,
y en las tinieblas del vicio
desesperado, me hundí. 
La taberna fue mi hogar, 
ese sitio oscuro y cruel
adonde va todo aquel
que sufre y quiere olvidar.
En ella perdí el talento
y el mundo que me abandonó,
y el artista mendigó
por las calles su alimento.
Voy errante por el mundo
a solas con mi congoja,
sin encontrar quien recoja
mi beso de moribundo.
Perdónale su pasado, 
madre santa, al pobre hijo
a quien el mundo maldijo
cuando lo vio desgraciado.
Y antes que la tierra fría
trague ansiosa mis despojos,
ven a cerrarme los ojos
desde el cielo, madre mía.