Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

lunes, 6 de julio de 2009

En veces como ésta...


En veces como esta, me dan ganas de querer enamorarme
De enamorarme de este Santiago, de sus noches frías y bohemias, de su lujuria y simplicidad, caer de repente a amar un libro.
Entrar en esta tómbola de elucubraciones semovientes. Vivir cada partícula de capital, llorarme unas buenas lágrimas de soledad. Pero vivirlas. Despertar desorientado, extrañando mi tierra ahora tan lejana. Perderme, perderme en la selva del metro, de sus transantiagos, de sus peruanos, de la delincuencia y de esta fiebre de chanchos aterrante. Qué mágico fue empezar a vivir con miedo. Qué majestuoso ser parte del smog, de las caras amargadas que transitan sin ganas. Qué oportuno fue llegar, qué bien me hizo esta maldad santiaguina, esta que ayuda a desarrollar pizcas de valentía. Qué bueno no haberme quedado y haber llegado para saber que estoy pocas veces arrepentido. Ver árboles, sentir abrazos, creer en Dios, decir te quiero porque es más probable que llegue muerto y no vivo. Que me descuarticen, me secuestren o que un borracho me vuele los sesos en un atropello.
En veces como esta me quisiera emborrachar con un kilómetro de tabaco, quisiera revolcarme impunemente con un amor prohibido, ser irresponsable y actuar pensando que mañana es el fin de todo. Ser un poco invencible y un poco irresponsable. Transformarme de una vez por todas en ese viejo que va dentro mío, el harapiento. El melancólico que pierde el tiempo en su tonta poesía. En su vida sin vida y desacelerada. Quiero ser crítica provocativa que traiga sus muros abiertos. Quiero que siempre esté esa esperanza de ti que me alienta tener ganas de no tener ganas de cesar los hálitos. Quiero de todos modos quemar esta cama y sus sábanas con olor a sueños y sólo sueños. Quiero a mis hijos en un par de segundos y comenzar a vivir sin culpas y públicamente.

jueves, 2 de abril de 2009

El amor por Violeta Parra




Más van pasando los años 
las cosas son muy distintas 
lo que fue vino hoy es tinta 
lo que fue piel hoy es paño 
lo que fue cierto hoy engaño. 
Todo es penuria y quebranto 
de las leyes yo me espanto 
lo paso muy confundida 
y es grande torpeza mía 
buscar alivio en mi canto.

Los tiempos se van volando 
y van cambiando las cosas. 
Crecí en el trigo melosa 
la siembra fue castigando 
fue la cosecha mermando 
la esperanza quedó trunca. 
La gente no sabe nunca 
lo que mañana la espera... 
lo que mañana la espera 
la gente no sabe nunca.

Entré al clavel del amor 
cegada por sus colores 
me ataron los resplandores 
de tan preferida flor. 
Ufano de mi pasión 
dejó sangrando una herida 
que lloro muy conmovida 
en el huerto del olvido.
 Clavel no ha correspondido. 
¡Qué lágrimas tan perdidas!

La vida me da recelo 
me espanta la indiferencia 
la mano de la inclemencia 
me ha echado este nudo ciego.
La fuerza me ha consumido 
y me ha atormentado el alma 
pa'mí lo que llaman calma 
es vocablo sin sentido.
El sol reseca el barbecho 
lo deja como la espina 
me clava con negra inquina 
si piso este duro lecho.

Camino por un momento 
las calles a la sin rumbo 
veo que estoy en el mundo 
sin más que el alma en el cuerpo.
Miserias y alevosías 
anudan mis pensamientos 
entre las aguas y el viento 
me pierdo en la lejanía.
No lloro yo por llorar 
sino por hallar sosiego. 
Mi llorar es como un ruego 
que nadie quiere escuchar.