Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

lunes, 26 de julio de 2021

Opinión: La bailarina de Auschwitz por Edith Eger

 La bailarina de Auschwitz (2017) es una historia autobiográfica narrada por Edith Eger cuyo tema central es la supervivencia post Holocausto de la protagonista. La historia se divide en cuatro partes; la primera aborda la persecución y exterminio nazi contra la población judía, hasta la liberación de los sobrevivientes, y todos los efectos postraumáticos producto de semejantes horrores. En la segunda parte, la autora da cuenta de cómo rearmó su vida y sobre las decisiones que tomó en su adultez, bajo la posterior persecución del régimen comunista y de cómo zafó de éste. En la tercera sesión, se aborda la vida profesional de Edith, su desarrollo como psicóloga y una de las pruebas límites que tendrá que pasar para sanar las heridas más trascendentales de su vida. Por último, producto de todas sus experiencias vitales, la autora busca encontrar sus propias respuestas a las preguntas que hace a sus pacientes; en una especie de exposición de casos clínicos, Edith invita a reflexionar las responsabilidades que caben a los seres humanos en sus procesos de victimización.

La bailarina de Auschwitz es una historia estremecedora como todo lo que puede conocerse de los crímenes de guerra del Holocausto y transita fácilmente por el horror, desesperación, desesperanza, valentía, superación y perdón. En todo momento, se encontrará a una autora reflexiva, optimista y apoyada fuertemente en su carga ancestral, en las remembranzas que le produce la relación que tuvo con sus padres y hermanas.

Rescato las historias que evitan que se olviden o relativicen los crímenes de lesa humanidad y esta aporta a la memoria colectiva, mantiene latente que el ser humano puede convertirse en un ente destructor atraído por sus prejuicios e ignorancia y operando bajo un manto de impunidad. Destaco aquellos aportes que relevan el valor de la psicología clínica y la terapia en tiempos en que la salud mental individual y colectiva está tan desprotegida y fuera del alcance de la población.

Sin duda que la experiencia traumática y límite de Edith Eger es excepcional, fuera de lo común; nadie perdona a su agresor y persecutor en circunstancias de guerra, ni se hace responsable de los actos de terceros una vez que diagnostica que el propio y constante estado de victimización no le permite ser feliz. Esta autobiografía es un aporte desde todo punto de vista y se constituye también como un ejemplar de autoayuda, permite llevar en su lectura una introspección, un examen de conciencia e ir haciendo la terapia junto con las preguntas vitales que se van planteando.

Literariamente, cabe decir que la traducción es óptima y logra transmitir el tono de una mujer nonagenaria, sabia y experimentada, siendo exitosa en el traspaso de las emociones. Al tratarse de una autobiografía, se logra potenciar los momentos claves y evitar entrar en excesos que no son fundamentales para el propósito de la novela, en el entendido de que en cuatrocientas páginas se han de leer más de 90 años de vida, lo que a su vez revela un trabajado poder de síntesis. El cuarto capítulo raya en el límite de lo preciso; como se explicó, se trata de una serie de casos clínicos que son aceptables sólo porque Edith es capaz de hacerse las preguntas necesarias que lo vinculan con su paso por Auschwitz y responde a éstas satisfactoriamente a la luz de lo que un no-psicólogo puede comprender.  

Este libro se encuentra disponible en formato ebook.

jueves, 22 de julio de 2021

Opinión: Doce cuentos peregrinos por Gabriel García Márquez

Doce cuentos peregrinos (1992) es una colección de cuentos de Gabriel García Márquez, escritos durante las décadas de 1970 y 1980. En este compilado de cuentos se pueden leer las vivencias de distintos personajes latinoamericanos esparcidos por Europa. Dicha característica es el único punto en común de las doce historias y dice relación con el nombre de la obra. Sin embargo, son muy distintas entre sí, con variedad en los protagonistas (hombres, mujeres, políticos, niños, ancianos, muertos, adultos, prostitutas, reprimidos, antisociales y más), a veces con realismo mágico, a veces exacerbando el peso de lo cotidiano y otras exaltando lo inesperado.

En esta obra, al autor logra demostrar nuevamente su calidad narrativa, logrando eficiencia en la relación de información – extensión, es decir, puede contar mucho en pocas páginas, respetando la coherencia de la historia, el perfilamiento de los personajes y su relación con el lugar que les es foráneo. La clave de ello radica en el respeto a las normas de un cuento: la aparición de pocos personajes, la caracterización de sus psicologías y el relato de anécdotas o etapas determinadas de la vida de éstos.

Doce cuentos peregrinos no deja escapar uno de los temas recurrentes en la obra de Gabriel García Márquez: la muerte, permitiendo a quien lee, relacionar el texto con el material del mexicano Juan Rulfo. En la mayoría de las historias, si los personajes no están muertos, se definen respecto a su relación con la muerte propia o la de terceros, como ocurre en María dos Prazeres y La Santa, respectivamente.

En esta compilación destacan: La Santa cuya historia relata el peregrinaje de un padre que busca que su fallecida hija sea declarada santa por el Papa, dada la incorruptibilidad de su cuerpo; María dos Prazeres, una prostituta quien producto de su edad comienza a preparar su muerte, funeral y herencias sin sospechar las sorpresas que la vida le depara; El verano feliz de la señora Forbes, una historia desarrollada en Grecia cuya narración nos deja ver los deslices de una estricta cuidadora de niños y El rastro de tu sangre en la nieve, que relata el viaje que hace una particular pareja feliz y recientemente casada, a través de Los Alpes.

En términos comparativos, es una compilación de los mejores cuentos de Gabriel García Márquez, mucho más luminosos que aquellos presentes en Ojos de perro azul, o que La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. Esto, al punto que una vez terminada la lectura de cada cuento, se tiene la sensación de haber leído una historia valerosa, con calidad literaria, sin excesos ni tampoco mezquindades.

domingo, 4 de julio de 2021

Opinión: El Plan Infinito por Isabel Allende

El Plan Infinito (1991) es una novela de la escritora chilena Isabel Allende que a diferencia de la mayoría de sus libros, no se caracteriza por pertenecer al género del realismo mágico, aun cuando dentro del espectro de sus personajes se encuentran algunos ligados al mundo espiritual y esotérico. 

Esta novela narra la vida de Gregory Reeves desde su infancia hasta la adultez, siendo capaz de adentrarse en la historia y psicolgía del personaje con éxito, perfilándolo a raíz de -en un principio- las influencias de terceros y el contexto, y luego, de sus propias decisiones y omisiones. Reeves pertenece a una familia nómade cuyo patriarca, Charles, es un autodenominado doctor en Ciencias Divinas que predica una especie de fe guiada por el Plan Infinito. Pronto, la historia dejará ver los hitos que marcaron la infancia y futuro de Gregory, nos dejará conocer a los personajes que fueron aportando al forjamiento de su personalidad y carácter hasta hacerse un adulto (iba a escribir hombre, pero en el fondo, qué es ser hombre) que hace sus propias decisiones, se enamora, se casa, se divorcia, triunfa y fracasa.

Gregory Reeves es uno de los pocos protagonistas varones en la trayectoria de Isabel Allende, y el primero, en estricto rigor. Se conoce que la escritora se inspiró en la vida de su exesposo William Gordon, y en efecto, al leer sus obras autobiográficas, es posible identificar situaciones y personajes comunes, como su hija, quien sufre de adicción a las drogas, y su afán de buscar causas legales nobles pero imposibles de ganar. 

El texto es relatado de manera fluida y atrapante, con relativo éxito en la interpretación del mundo masculino. También es posible advertir una mezcla de géneros entre novela y cuento, ya que crea subhistorias dentro de la narración que no son del todo determinantes para el desarrollo del relato, lo que despista respecto de la relevancia que se debe dar a ciertos personajes. Por ejemplo, Olga es una nigromante de quien se habla mucho en un principio, pero que se desinfla por completo en la segunda parte de la historia. Se encuentra también una coprotagonista: Carmen Morales, quien conoce a Gregory desde la infancia y practicamente ocupa un rol de amiga y hermana, sin perjuicio de que se desarrolla con más riqueza a partir de los dos últimos tercios de la novela. Con qué objetivo es algo que aún me pregunto pero no critico porque de todas formas su historia es interesante, intensa, tiene transformaciones vitales y va in crescendo hasta que ya no es posible dar marcha atrás y deshacerse del personaje. 

Destaco la riqueza histórica de esta novela, su descripción y contextualización de distintas épocas en la historia de Estados Unidos, previo a la década de 1990, pasando por los hitos socioculturales del hippismo, la eclosión del nacionalismo durante la guerra contra Vietnam, el exitismo y auge de los créditos como política económica y comercial del país norteamericano. 

También descolla la narración de la guerra como un hecho terrible en sí, de los efectos que produce en los soldados que la practican, de las consecuencias en la salud mental de éstos, del estrés postraumático, la culpa, el deshonor, la lealtad y la delgada línea entre la vida y la muerte que de tan cerca bailan en los campos de batalla. 

Un momento interesante de la novela radica en la vida adulta de Gregory, cuando debe hacerse cargo de su segundo hijo pequeño, David, un niño de conducta disruptiva y agresiva. Esto, sumado a otros desperfectos en la vida del protagonista termina por sumergirlo en una crisis de pánico que lo lleva al hospital. Es de cavilar que la falta de preparación de los padres para asumir y ejercer el cuidado personal de sus hijos era una brecha cultural, ya en 1991 y como se trata de una práctica aprendida, no es un misterio concluir que la explotación y subyugación de las mujeres a la maternidad y a la gestión del hogar ha sido una asignación de rol histórica según género. De pronto, sin prejuicios de por medio, Shanon (la madre de David) se rebela contra el peso de la historia y decide vivir una maternidad más ausente y menos asfixiante. ¿Cuántas madres deben soportar el tedio y peso de la crianza de los hijos en silencio y sin acceso a  la más mínima asistencia profesional psicológica?, ¿cuántas se autoconvencen de que semejante esclavitud es un acto de amor cuando en el fondo es abuso?

Si bien es cierto que la estructura del texto y las subhistorias pueden desanimar al lector a mitad de camino, invito a quienes decidan tomar esta lectura, a concluirla, ya que es posible encontrar un desarrollo y mirada notable de ciertos temas que en el año 1991 no era fácil leer en la literatura de masas, descritas con sinceridad y sencillez, pero no con menos profundidad, como son los tópicos de la inmigración, el machismo latinoamericano, la paternidad ausente, la liberación sexual, el abuso sexual infantil, el abuso laboral, la violencia intrafamiliar, el aborto clandestino, el anticomunismo, la guerra, los nacionalismos, la fragilidad de las masculinidades, la drogadicción, el estrés, los matrimonios sin amor, el divorcio, la vanidad y la charlatanería, si es que no me faltan más.