Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

jueves, 7 de diciembre de 2017

Tu nombre por Coti y Julieta Venegas

Tu nombre es mi dulce castigo 
Mi sangre, mi droga y rubí 
Mi parte de vos, mi destino 
Tu nombre me sabe a jazmín

Tu nombre no tiene palabras 
Si está escrito en mi corazón 
Y de pronto sale de cualquier lugar 
No sabe más que hacerme sentir mal 
Tu nombre tan inoportuno no sabe llamar

Y es así que trato de contarte todo esto que siento 
Es así que estoy adormecido en el mar de ilusión 
Es así que todo vale todo y todo se termina 
Todo se termina 
Todo menos vos

Tu nombre me tiene perdido 
Vagando en el mar de ilusión 
Yo nunca me doy por vencido 
Yo nunca me rindo, al menos por hoy

Y es así que trato de contarte todo esto que siento 
Y es así que estoy adormecido en el mar de ilusión 

Es así que todo vale todo y todo se termina 
Todo se termina 
Todo menos vos

Y es así que trato de encontrarte por nuevos caminos 
Es así que en tu nombre hago rimas para ser feliz 
Es así que todo vale todo y todo se termina 
Todo se termina 
Todo menos vos

Todo se termina 
Todo menos vos.


martes, 5 de diciembre de 2017

Diez años

                                              Gracias a los ángeles que batieron sus alas para hacer volar este sueño desde mis noches hasta la vida real. Las cadenas funcionan. 

¿Te llevo a Copiapó? 

Ponte el cinturón de seguridad y me tienes que decir dónde vives para dejarte en la puerta de tu casa, ¿vas a tu casa, verdad?

No puedo creer que hayan pasado diez años desde que nos dejamos de ver, estás igual o mejor, en comparación a mí que sólo estoy peor por lo menos físicamente hablando. Los profesores nos solían comparar, principalmente el de matemáticas en tercero medio y yo lo encontraba una odiosidad porque jamás hubiera tenido el carisma y simpatía que detentabas, tanto talento y arte imposible de remontar, aunque tampoco hice el amague porque mis intereses eran otros. ¿Tú sentías lo mismo o nunca te importaron estos alcances tan comunes que producían una inevitable comparación?

A pesar de que nunca conversamos más allá de lo que la cordialidad permitía, guardaba una muy cálida atención hacia ti, me gustabas porque sentía que tus cantos y maniobras de artistas tenían un dueño que era yo. No recuerdo si en ese tiempo ya era un muchacho sin amigos y solitario o aún me juntaba con algunos compañeros que solidariamente me incluyeron en su grupo, pero me daba lo mismo porque me viera quien me viera no podía dejar de mirar cada maniobra de las performances con las que todos bailamos y cantamos. Mi boca abierta denotaba la incredulidad que me embargaba cuando parecía en que los versos de mayor melosidad el mirado por el artista era yo. No sé, me pasé mil rollos y para no arruinar más mi vida colegiala preferí guardar silencio y esperar que esta ilusión combustiera más temprano que tarde, segundo a segundo, año a año. 

¿Cómo te fue y qué ha sido de ti este tiempo? Recuerdo que te pregunté por Whatsapp y nunca me contestaste, tal como ahora. No has dicho nada. Nunca pensé que te fuera encontrar acá pero me alegra verte tan bien. 

Sácame de una duda, una que no me he podido contestar ni aunque buscara su respuesta una década más... ¿te gusté?

Bueno, si no me puedes contestar eso, háblame de algo que no me decepcione y mantenga viva esta ilusión de servidor solitario. 

Ya estamos llegando, ¿vas a tu casa o te dejo en el terminal de buses? 

Hubiera preferido contarte algo más de mí, de lo que hice y hago, pero saber de ti es algo que quiero tanto que en este viaje venido a sueño quise confirmar o descartar toda esperanza en cuanto a lo que no fue. Sólo por si vuelven a pasar diez años o más y no nos volvemos a ver, imagíname feliz, así como estoy ahora que te volví a abrazar. 

domingo, 26 de noviembre de 2017

Del Frente Amplio y las consecuencias

El Frente Amplio está en una posición de negociación privilegiada, lo sabe y ejerce su poder exigiendo a Alejandro Guillier que haga compromisos cuyo cumplimiento ellos tampoco podrían garantizar en caso de que fueran gobierno, considerando la correlación de fuerzas a nivel parlamentario. Es una posición algo caprichosa, una invitación a la seducción de los votos que está fuera de todo análisis pragmático porque en vez de entregar su apoyo en la segunda vuelta a quien pudiera ser un socio político, debilitan su credibilidad y aumentan la posibilidad de que la derecha vuelva al poder y dé pie atrás a los logros sociales alcanzados en esta administración.

Algunos de los simpatizantes de Beatriz Sánchez en primera instancia y en consecuencia del Frente Amplio, piensan que Guillier no es de confiar, que representa a la Nueva Mayoría y a todos los prejuicios que le atribuyen a la coalición gobernante y que en ese sentido no irían a votar o preferirían hacerlo por Piñera, suponiendo que la excandidata se volvería a presentar en cuatro años más a la Presidencia de Chile, lo que si bien es una posibilidad, no se sabe si seguirá siéndolo en cuatro años más dado los niveles de dinamismo que hoy tiene la política, tampoco conocemos a ciencia cierta el desempeño legislativo que hará el Frente Amplio con 20 diputados y 1 senador electo. ¿Quién hubiera  pensado el nivel de votación de Beatriz Sánchez el día en que la Presidenta Bachelet asumió el mando de la nación? Nadie, ni ella misma.

En cuatro años pueden suceder demasiadas cosas, surgir o caer muchos liderazgos por cuanto la invitación es a actuar pensando en el presente, en las posibilidades ciertas y en la necesidad de Chile de transitar hacia el reforzamiento de los derechos sociales que tiene como fin último dar a las personas las herramientas necesarias para transformarse a ellas mismas y por ende al país a través de la contribución que hagan desde sus profesiones y oficios.

En caso de que en cuatro años más el Frente Amplio sea coalición gobernante, tendrá mejor performance si comienza con un grado de avance importante en derechos sociales  posterior al Gobierno de Guillier que si por omisión no evita el triunfo de Piñera.


No se trata de responsabilizar a Beatriz Sánchez ni al Frente Amplio del resultado electoral del 17 de diciembre, esa es tarea del candidato, sin embargo, están en política e inevitablemente tienen una decisión que tomar, la que sí o sí tendrá consecuencias. 

lunes, 17 de julio de 2017

Adiós poesía

Cuando miro los años que han pasado y me encuentro con los amores de la juventud, puedo saber perfectamente si por esa causa escribí un poema, una expresión de desesperación y angustia. Cada verso era tan pensado y armado de forma tal que pudiera entregar la menor información posible y seguir viviendo en la comodidad de mi guarida, donde me refugié junto a los dolores, vergüenzas y frustraciones dada mi calidad de feo y desprovisto de todo sex appeal.

Amé y odié movido por la tiranía de mi inocencia y hormonas, rodeado de soledad y miedo. Y por ello, la poesía fue mi salida, desde que la escribí en un cuaderno que quemé hasta en mi querido blog. Antes de buscar a algún amigo o de enfrentar a los objetos de mi amor, preferí el encierro antes que el rechazo, un verso antes que la vergüenza.

Y no me arrepiento de haberlo hecho así, porque admitir mi derrota va contra mi propia esencia. Jugué y gané lo que no esperaba ganar. Suena mejor. Lo cierto, es que mi época de poeta refleja los momentos de dolores que me costaron mucho superar, porque nunca hubo terapia suficiente más que el tiempo; fueron los años en que experimenté con el amor, cuyos resultados fueron realmente decepcionantes. De pronto, empecé a escribir sin versos, en prosa, y palabra tras palabra me di cuenta de que ese sentimiento de esperanza ciega y corta que me inspiraba a crear rimas, no salió más. Se extinguió mi fe en la felicidad producto del amor de pareja, me di por vencido y me convencí de que “unos nacen pa queridos y otros para padecer”.

Me gusta la poesía, en todo caso, porque libera y explica, porque endulza lo atroz del amor en la melodía de una rima, pero perseverar en escribir de lo doloroso sólo aporta a esta noble rama literaria memorias que no merecen seguir viviendo, por dignidad y amor propio. En todo caso, no las borraré y las releeré para tomarlas de parámetro cuando crea que me volví a enamorar.

Adiós poesía, renuncio a ti y a la esperanza de ser amado con tal intensidad y lealtad como la que  merezco. Pero es mejor así, ni yo te contamino con mis sentimientos ordinarios, ni tú me torturas con el ahogo que me produce ser un derrotado. Hasta entiendo que nadie me ame ni se atreva a hacerlo porque ninguna esperanza vive más de veinticuatro horas en mi corazón autómata, por eso que ya no sufro, porque para mí, el amor dejó de valer la pena. 

sábado, 22 de abril de 2017

Recreo en el 2007

Nunca había escrito ni hablado mucho sobre uno de mis diversos amores de adolescencia. Este amor adolescente era como un recreo dentro de tanto desastre liceano, y como recreo que fue, duró poco y terminó con el despegue de un avión hacia foráneo destino.

Él cantaba y sus ritmos preferidos claramente que no eran los míos, pero cuando lo veía en performance notaba cómo sus ojos y sentimientos se volcaban en mí, parecido a que fuera yo una fuente inagotable de su inspiración y pasión. En el liceo no nos juntábamos (nunca tuvimos ni siquiera una amistad) y con escasas oportunidades nos hablamos para saludarnos o emitir palabras con torpeza y tartamudeo.

Fue en ese aniversario de tercero medio cuando abrí mis ojos y empecé a notarlo con mayor interés porque su mirada me seguía, me buscaba… y como también buscaba yo alguien con quien hacer conexión, no tardé en descubrir que frente al micrófono y encima del escenario hasta debajo del agua se podían adivinar sus reales intenciones.

En una de las celebraciones por el triunfo que tuvimos los terceros medios en el aniversario del liceo, y bajo el contexto de mis intentos fallidos por integrarme al mundo de los chicos carreteros y adinerados, asistí a tomar algunas cervezas en las dunas de Copiapó y como protagonista de la celebración estaba él derrochando espíritu de ganador, de amigo y borracho. Quién sabe en qué momento me acerqué a él porque mediaba entre lo que iba a buscar (ni idea) y yo, hasta que en un santiamén me vi feliz encerrado dentro de la fuerza de sus brazos y el olor a cigarro de su chaqueta para el invierno. Hubiera dado hasta la última de mis esperanzas por que él no estuviera ebrio y su instinto de amor hubiera sido por completo sincero y valiente.

Natural e inevitable, el tiempo pasó desde que ya no supe nada más de él y año tras año, su imagen comenzó a esfumarse por lo que cuando me acordaba de él al mirar mi cédula de identidad, lo miraba en sus fotos de perfil de Facebook. Al menos se ve bien, saludable y contento, no como uno que se alimenta de recuerdos, de cuando éramos comparados por los profesores, odiosamente, de cuando iba caminando detrás de él al llegar al liceo escuchando en un MP3 “Como un lobo” de Miguel y Bimba Bosé y cantaba…”y como un lobo voy detrás de ti, paso a paso tu huella he de seguir…”.


Admito que se ve bien y que Dios ha tenido con él más preferencia que conmigo, porque pese a su alcoholismo y drogadicción sigue siendo apuesto y seductor como siempre, con las neuronas que queden, pero me gana en actitud, en pose, en plantearse. Y uno acá debajo de una calvicie imposible, en una oficina oscura y con la falda abrigada por la ternura de mi gato. 

miércoles, 22 de febrero de 2017

Adiós Manuel

Recuerdo aquel verano en que escribí efusivamente sobre el chino de la Candelaria, su proeza de humildad y devoción despertaban en mí los sentimientos más poéticos. Ha pasado el tiempo, y a Manuel lo he vuelto a ver en contadas ocasiones y casualmente. Casualmente, también supe que era primo de una amiga del amigo del vecino de la polola de la suegra del gato… no viene al caso.

Me interesa decir en esta breve narración, que por motivos laborales, el año pasado (2016) no pude asistir a saludar a mi China Candelaria en su cumpleaños y tampoco pude ver a Manuel. No obstante, este año volví a asistir a la Fiesta Grande y con decepción, vi que Manuel ya no integra el baile chino en donde lo conocí. Investigando, con el amigo del primo de la hermana de la vecina que estudió con la polola de, supe que ahora él se ausentó por motivos laborales también.


Dos años después, mis sentimientos hacia Manuel están más que muertos, bailan en el limbo de la prescripción.  Sólo deseo que siempre la Virgen lo cuide y lo bendiga en agradecimiento por haber hecho latir mi corazón según lo dispone Violeta Parra en Volver a los 17.