Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

domingo, 2 de julio de 2023

Opinión: La razón de los amantes (2007) por Pablo Simonetti




El Santiago de Chile de fines de los 90 no era el mejor escenario para que una historia homosexual tuviera un final feliz, pero sí para hacer del intertanto, de su viaje y desarrollo una apuesta literaria. Con pleno realismo, los eventos de esta trama se desenvuelven en pleno pánico colectivo del apagón informático, las elecciones presidenciales que enfrentaron al expresidente Ricardo Lagos y a Joaquín Lavín, y el retorno a Chile del dictador Augusto Pinochet desde Londres.  

Manuel y Laura forman un matrimonio adulto de clase media alta, su círculo social son los gerentes y directivos de importantes empresas. Él proviene de una familia de centro izquierda, aunque no es fanático y ella de una de derecha pinochetista desde la que aprendió todos los valores del ideario de la dictadura. Se bosquejan, entonces la característica de esta relación, donde ella pone el carácter, las normas y asegura de que sus instrucciones se obedezcan;  mientras Manuel es más bien pusilánime y reactivo. Él trabaja en un banco como ejecutivo de área de créditos para importantes cuentas y Laura trabaja como editora y desarrolla una vida más bien frívola, solitaria, interesada en fisgar junto a su hermana, los pormenores de gente acomodada que no es de su círculo cercano, sentándose cerca de ellos en los restaurantes. De no creerlo.

El cómodo desequilibrio en que se añeja este matrimonio sufre una inflexión con la llegada de Diego Lira, un abogado que dejó los tribunales para dedicarse a la explotación de un diario electrónico y que buscará en Manuel un aliado para conseguir capital fresco del banco hacia su empresa. Diego, de la generación de ambos es caracterizado principalmente por la seducción que ejerce y de la que ni Laura ni Manuel logran escapar. Paulatinamente, Manuel se verá atraído por Diego Lira y comenzará con él una difusa amistad, confundido por los límites de ésta, las apariencias que busca guardar, las dudas de su esposa y por el deseo desconocido que siente de ceder a una historia de amor y pasión única en su vida.

Esta obra de Pablo Simonetti se narra en presente y tercera persona, y si bien puede parecer un desafío asirse a los dos primeros capítulos, el cerebro finalmente se adapta a la idea que de las cosas están pasando al lado de uno, generando un ambiente más íntimo con los lectores. La razón de los amantes conjuga varias temáticas como el tenso contexto político chileno, la crisis del mercado financiero, la resistida irrupción de los medios digitales, la homofobia y el ansioso clima colectivo previo al término del primer milenio. Hasta allí queda este fuerte pero incompleto toque histórico, donde nuevamente es casi un afán esconder el esfuerzo, la pobreza, la marginalidad y la vulgaridad tan irrefutables en la cultura e identidad chilena. De tal forma, cabe preguntarse si para Pablo Simonetti narrar la periferia y clase media no representa un desafío creativo a la altura de su talento, ¿para quién escribe finalmente?, ¿para un público que le asegure un éxito comercial?, ¿para el gusto de una editorial?, ¿por qué nos hace creer que las emociones y pensamientos sublimes son contenido exclusivo de clase?

De todas maneras, existe un buen balance entre la historia y el desarrollo psicológico de los personajes, buen uso del vocabulario, los silencios, las pausas y los diálogos. En cuanto a impacto, la calidad técnica del autor, contribuyó a que las editoriales dieran más oxígeno a la literatura LGBT+, pues en ella y de ella hay muchísimo más que contar, ganando hasta hoy un sitial propio en los estantes de las librerías chilenas.