Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

sábado, 3 de noviembre de 2018

Oxígeno


¿Por qué cuando hablamos del pasado nos referimos a él como un dolor o mal momento candidato al olvido eterno? Tiene una connotación negativa que pesa en los hombros más que una tonelada de algo. En cambio los buenos momentos no son “pasado” sino nostalgia y grato recuerdo.

El pasado, por lo tanto, si no se resuelve, puede intoxicar a través de un método metafórico pero no menos efectivo. Asfixia como el gas con que se prende la cocina. Un día, luego de haber dado tanto por superado u olvidado, escuchas una canción, hueles un olor, oyes una frase o tienes un sueño lleno de sensaciones enterradas y voces que extrañas pero prefieres evitar, entonces revives a pulso el frío del suelo que está en el fondo tocado.

El oxígeno del pasado es ese: cualquier recuerdo, un color, una voz, una canción, patente, número, sueño, quién sabe qué puede hacer a alguien recordar. A mí, por ejemplo, los olores me llevan siempre a pasear por el tiempo que comienza a la edad de cuatro años y desde entonces pasamos juntos por el kínder, por las vacaciones, por los cerros, los viajes, las personas, las mascotas y la casa. Digo que es el oxígeno porque es lo que respiramos e ingresamos a los pulmones donde nos ahogamos tanto con una brisa pretérita, es un oxígeno que está siempre presente, con el que vivimos, pero si es pasado, nos asfixia, nos aprieta y ahorca por oxígeno que sea. A veces creo que el antónimo del pasado no es el futuro sino la eventualidad de cómo sería todo si hubiera esperado un poco más, si lo hubiera hecho de otro modo, si hubiera nacido en otra ciudad, tres días antes o una semana después.

Luego de inhalar y oxigenar nuestras células, exhalamos, botando inseguridad e impotencia de no poder retrotraer el tiempo. Actuamos en consecuencia, malhumorados, tristes, distraídos porque todo pudo haber sido mejor con cien años de experiencia humana.

El pasado condena cuando no está resuelto, pone a prueba la valentía que requiere abordarlo, aceptarlo, procesarlo y dejarlo detrás de la hoja volteada. Una hoja de papel que pesa menos de un gramo pero si en ella se escribe el pasado, puede pesar las toneladas suficientes para no asirla ni en tres vidas kármicas.

Querido pasado, inhalado y exhalado, nunca fuiste el que yo pensé y al parecer terminé construyendo mi vida sobre pilares que no existieron por lo que siento que tengo un presente vacío, como lo dice la canción, con los pies descalzos y los sueños blancos. No por nada te trato de “querido” ya que no es el primer sujeto nocivo a quien quiero hasta rasmillar el último pliegue de mi alma arrastrada. Ninguna de mis tesis se han cumplido y no se cumplirán a falta de la valentía de nadie, con la esperanza de la juventud creí que el amor hacia mí podría existir, que corresponderse con otro era tan fácil como cantar una canción y explotar de amor, sin embargo, a fin de cuentas nadie me quiso como yo pensé que merecía… de los cuatro amores que viví hasta hoy, ninguno fue argumento, respaldo ni garantía de las tesis que propuse (aunque a favor de mi paranoia, no puedo decir si no lo fueron o no lo quisieron ser). Estará de Dios, porque al menos así lo acepto, como un retrato sin colores, un bosquejo que día a día se desdibuja y alimenta mi vida sobria, amarga y sola.

martes, 20 de marzo de 2018

Silencio de ensueño

No me sale nada. Pero siento muchas cosas y me duele hasta la garganta del silencio que me embarga. 

Mi silencio es un voto conmigo mismo, mi apología a la dignidad, un verso al amor propio y no rendirse a la ansiedad.

No me gusta esta verdad oficial, este escenario tan lleno de supuestos sin asidero en la que pueden vivir todas las mentiras juntas, fingir perfectas realidades. Yo quiero que este amor mío que sí es cierto, que sí existe y es honesto, pueda vivir de pie junto a las vías, las calles, los árboles y sea tan evidente y adaptado como el odio entre perros y gatos. 

Yo quiero que este amor pueda tomarte la mano y enredarnos los dedos, e ir creciendo tanto que hasta sepa su límite. Porque así como esta nostalgia olvidada pudo renacer en estéril terreno, mi esperanza, mi fe puede evanescerse en el olvido, en el ruido de todos los días, pisoteada por las suelas y tacos de insensibles oficinistas, condenada por los timbres de la burocracia, por las bocinas de choferes con prisa. 

Mi amor existe y vive escondido tras los muros de mi silencio, en huelga de hambre, en estado de alerta preparándose para morir un poco más cada vez que no deseas un buenas noches, ni protagonizas la pasión mágica de un orgasmo. Pero vienes, a las cuatro de la mañana aproximadamente, abres la puerta y dejas las llaves sobre el arrimo rompiendo la armonía de aquel altar, las gatas se paran de mi cama y corren seguras de que le abrirías la puerta del cuarto en donde se guarda su comida, y se equivocan porque para su decepción, llegas a mi lado a sacarte los zapatos y te acomodas bajo las sábanas para decirme que estás ahí, que ya no me preocupe más porque, salvo, volviste al nido. Y mientras tiembla la tierra, arrasan los aluviones calles enteras y los muertos nos visitan, dormimos juntos al calor de la ilusión del amor pero presos de la angustia que otro día venga y sólo/solo yo deba despertar. 

lunes, 12 de marzo de 2018

Fragmentos II de Cartas

Fuiste cruel porque yo no te busqué, no te pedí que me miraras así, impío. Y cuando traté de dar los primeros pasos, chocaba con la indiferencia hecha muro. Me costó olvidarte, más si te veía todos los días, y hoy que ya te olvidé (pensé que nunca podría) y estoy feo como troll, deseo que alguien me mirara con tanto amor, casi escondido pero siempre descubierto. 

domingo, 11 de marzo de 2018

Fragmentos I de Cartas

Me lo cantó a mí, sí, a mí como si el mismísimo Chris Martin me dedicara su Sky full of stars y sólo yo me di cuenta en medio de la alegría y el mar de estudiantes bailando bajo el trance de tu ronca voz.


Celebramos en las dunas de Copiapó, fui porque también me impregné del triunfo, no recuerdo bien con quien me junté, pero mientras buscaba a mis compañeros, tu voz me llamó y sin darme oportunidad a reacción, me perdiste bajo tu abrazo fuerte. No pensaba ni atinaba a nada más que oler tu chaqueta y desear que tu cariño etílico fuera eterno. “Me quiere”, pensé y celebré. 

Declaración / Statement

Me declaro en luto político y amoroso. Diego, no te pesca(n).

Ahora me sentaré a esperar el fracaso del Gobierno entrante o desenamorarme y enamorarme otra vez. Lo que pase primero, me alegrará.