Tengo pena, extraño a todo el mundo incluso a quienes todavía no conozco. En este departamento frío habita más que mí mismo, mi tristeza de los días nublados y de los amores perdidos. Pasean y saltan las letras de las canciones que más me angustian, las que más me conmovieron a la hora de las mejores horas.
Tengo cansancio en la mirada, un desgaste emocional similar a noches sin dormir, voy por el mundo con la angustia de no dejar de sentir ni aunque sea un minuto preocupación por algo, por alguien. Y si no me preocupo, más me preocupo.
Tengo el corazón roto, dos veces roto y no tengo a quien echarle la culpa. En menos de un mes aposté y perdí todo... cientos de acordes, gritos y microlágrimas me invaden las facciones. Pero no me arrepiento, aunque duela he de poner hasta el día en que me muera, el pecho a las balas.
Fin de la reflexión.
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