Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

martes, 24 de julio de 2012

Jump por Madonna


Jump (Saltar) es uno de los sencillos del disco de Madonna llamado Confessions on a Dance Floor. La esencia de la canción llama al avance, a seguir adelante y vivir el momento: un carpe diem. Es la invitación a dar el salto sin miedo a fracasar porque la vida nunca será perfecta y lleva desafíos y sinsabores en todo tiempo y espacio. Debería ser mi himno, siempre lo debió ser.

Agradable canción que para entenderla es conveniente leerla y pensarla en inglés, de todas maneras dejo la traducción que hice de la letra.

Hay mucho de lo que puedes aprender en un solo lugar.
mientras más espero: más es el tiempo que pierdo.

No tengo mucho tiempo para perder, 
es hora de construir mi camino.
No temo a lo que enfrentaré, 
pero sí de quedarme,
de ir sola en las bajadas de mi ruta.
Trabajaré y lucharé hasta que encuentre un lugar propio.

¿Listo para saltar?
Prepárate para saltar, 
nunca mires atrás.
Estoy listo para saltar
sólo toma mi mano.
Prepárate para saltar.

Aprendemos lecciones desde el comienzo,
mis hermanas y yo.
De lo único que puedes depender es de tu familia.
La vida se te caerá como el miembro de un árbol,
se balancea, se mece y se dobla hasta que te hace ver.

jueves, 19 de julio de 2012

Se ha caído el muro

Me armé de valor para decir lo que sigue. Hoy tomé la decisión de escribir el fin a la utopía, al anquilosamiento de mi misión imposible. Habría costado menos si mi papá no se hubiera bebido la última lata de cerveza que quedaba en el refrigerador o me hubiera ofrecido un cigarro, pero es mejor así: la sonajera de tripas me lo prohíbe; prefiero perder este amor que mi intestino, al fin y al cabo este es el punto más crítico de todos porque me quiero tanto y más de lo que había creído. Se debe tener coraje para concluir con la frente en alto esta idea de melodrama inventado. Se va Matías, si lo quisieron o lo odiaron, laméntenlo o celébrenlo por vez última; mi deseo legítimo y superior de bienestar permeó las largas ganas de concreción. Por más que quise, la vida no es justa y uno no siempre tiene lo que cree merecer. 

Ya no habrá más de sus maneras irresistibles ni de su cortesía intachable. Sólo va a quedar una experiencia rica en conocimiento de cómo no se hacen las cosas y de las cosas que un tipo impaciente no debería hacer. Tampoco seguiré forzando mi imaginación para aumentar o crear cualidades que Matías no tiene ni tendría, en que modelaba tiernos escenarios y finales inconclusos pero con el comienzo del próximo episodio totalmente maquinado. Él seguirá siendo un hombre feliz y pleno como la ha sido hasta ahora en la vida real, su idea y realidad dentro de este blog se morirán y sin embargo yo lo seguiré queriendo y extrañando igualmente, dentro de lo posible y límites autoestablecidos, de manera decreciente. Seguramente albergaré el mismo sentimiento de impotencia mientras por algunos meses Matías siga alojando en mis sueños, porque de eso sé bien y no podré hacer mucho, pero se nos va y debemos aceptarlo tanto como al amor inmenso que no sabía tenía por mí, un egocentrismo profundo. 

Tengo miedo a terminar como El niño que enloqueció de amor y a ese sentimiento de ser foco de lástima. Es verdad que nadie me provocó, que yo empecé todo queriendo ser un envalentonado y jugar a la ficción, pero como en todo juego tenía el cincuenta por ciento de las probabilidades de fracasar y perdí, ahora quedan las canciones, los poemas y las cartas que jamás me habría atrevido a enviar. 

Es por eso, Matías, que si alguna vez accedes a estos trozos de divagación y te das cuenta de esta realidad, que no alcanzó a serte siquiera paralela, sabe que te quise con un cariño diáfano y con las mejores intenciones, pero quizá el arroz con leche no era suficiente, las diferencias eran más grandes que mis expectativas, un beso no hizo el verano que quise, el amor propio primó o quizá el miedo a ser derrotado por una invención, nuestros nombres no eran compatibles o bien nuestros cumpleaños. Hay tantas hipótesis y ninguna con relevante significancia. Ha sido un honor, pero más que todo un temor. Nadie merece vivir así.

martes, 10 de julio de 2012

Dr. Wilson, siempre pensaré que fue un mal diagnóstico



Evoco con fácil nostalgia esta imagen. Sin duda marcó el final de un proceso de ocho temporadas. Si bien cada temporada tuvo un sello distintivo, al final de cada capítulo de la octava sentía una angustia y pesar ante la incertidumbre en la salud de mi doctor predilecto, más aún luego de Body and soul (capítulo 18) en que confesó a House su diagnóstico de cáncer.

Creo que luego de ese capítulo quise negarme a la veracidad de esa declaración a pesar de las evidencias venideras. Hasta hoy confío en que existen las coincidencias y en que hasta un oncólogo perito pueda errar su mismo diagnóstico, debió ser una mala broma de House, porque si eso fuera real, cabría pensar en que Wilson está viviendo sus últimas horas de vida o bien puede que ya haya muerto en quién sabe qué lugar, acompañado quién sabe de cuáles gentes. House debió haber sido descubierto por la justicia en su búsqueda irrestricta de vicodina. Pero no, alejémonos de los malos pensamientos que tan poco ayudan. Debió haber habido un error en el diagnóstico y el cáncer era perfectamente reversible. Está mejor, en tratamiento porque la justicia existe y la muerte se merece. Un hombre noble no merece morir. La magia de la televisión todo lo puede, como pudo reunir a la mayoría de los personajes en un último capítulo, qué podrá costar que Wilson muera como un hombre viejo y realizado. Claramente mis deseos contradicen la esencia entera de la serie cuyo mensaje siempre fue la existencia de la injusticia tan inexorable como la muerte, pero mis deseos siempre se basan en imposibles.

El punto, pues, es que cada uno puede cerrar como le dicte su imaginación este final semi abierto. Para mí Wilson no debe morir y en estos momentos está haciendo su tratamiento para superar el mal paso. Y así como predije en su mayoría el desenlace del drama médico, podría asegurar que de haber un bonus track esta sería más o menos la estructura a seguir.

Este apartado no representa un homenaje a la serie que colmó tantos de mis momentos de soledad. Más bien, es el ejercicio casi escolar de cambiar el final y hacer prevalecer la tan añorada justicia a los procesos humanos, es reafirmar la fe en Dios y vencer las veces que uno quiera a la muerte. No existe Robert Sean Leonard, él incluso puede morirse mañana, pero el doctor Wilson representa un imaginario superior, un valor de vida que no morirá jamás.

viernes, 6 de julio de 2012

Sueños a lo Matías y postre de arroz con leche.

Fíjate que mi cuerpo recordó la textura de tus manos y abrazo. La llevó a mis caderas en sueños, también hizo lo mismo con tus ojos y labios. He tratado de llamarte con la mente y como aquellos amores que comienzan a albergarse en las entrañas, todo está a la orden de ti, en ver tu nombre, en escuchar tu voz, tus dichos y formas de hablar. Miro, observo, huelo oigo a los elementos y todos llevan un resabio tuyo, puede ser que a todos nos suceda, que estemos predispuestos, pero la felicidad que estos eventos me producen merecen la pena de la ilusión. 

En el sueño sentí tu apoyo y abrazo. Dicen que en los sueños un abrazo significa traición y sólo por eso no lo conté a nadie antes de las doce del día. Pero caminamos a lo largo del lugar en que nos encontramos, por ahí nos veían y andaban los amigos y las amigas, sin mayor asombro de que pudiera tomar tu mano y gozar a fondo tu textura. Y nos mirábamos a los ojos abiertamente con la libertad de un viento invernal, me hablabas y yo escuchaba algo que despierto no soy capaz de recordar, mira si no me he demorado en quererte, Matías. Ni dos meses y ya te veo en mis sueños. Estamos en el Año del Dragón y ya don Pedro Engel ha dicho que es un año para soñar y hacer realidad. Me habías pedido lo que quedaba de un postre de arroz con leche, llevaba sabor a leche de vainilla, sí, te convidaba como siempre. Desde ahora será mi postre favorito.

Idea de Matías, me están llegando buenas rachas de suerte y éxito. Por mi parte no voy a modificar tus características como lo dije en una entrada anterior. Te acepto así como te veo, con tilde en tu nombre y tu sentido del humor. Ya no creo que pueda volver a soñar contigo, pero cuando coma arroz con leche siempre dejaré un poco para ti, al menos de manera simbólica. 

Nos vemos en quién sabe cuánto tiempo más.

martes, 3 de julio de 2012

Adiós

Adiós. Nunca está demás despedirse y decir gracias, fue un gusto tanto el consenso como el disenso. Nadie puede saber bien si mañana podremos despedirnos otra vez. No es que sea mi decisión, pero en noches difíciles como esta y las que vienen no puedo asegurar mi disponibilidad para saludar de nuevo. Ya no dije te quiero ni te amo, tampoco me lo dijeron muchas veces. Adiós, no sé si podamos volvernos a ver para decirlo de nuevo. A veces las ganas de seguir fingiendo se agotan y un tango se asoma a mis oídos. Adiós a tantos y ojalá se pueda volver a empezar, no depende de mí. Adiós a la mala suerte, a la lejanía. Adiós a todos, a Matías, a Esteban, a Christian y al resto de mi lista de imposibles, a mis amigos y amigas, a mis padres, hermanos e hijos. Ojalá mañana pueda nacer de nuevo. Muchas gracias.