Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

domingo, 28 de abril de 2024

Opinión: El Acontecimiento por Annie Ernaux


El Acontecimiento es el título que la autora entregó al libro por el que relata el aborto que se practicó en su juventud. Fue publicado el año 2000 en francés y en 2001 en castellano.

De principio a fin, Annie Ernaux comparte una vivencia íntima y personal, un proceso que comenzó apenas supo que se encontraba en gravidez. Decidida a no convertirse en madre, Annie reflexiona acerca de las limitaciones para ejercer su derecho reproductivo, cual en la juventud de la autora no estaba consagrado en la legislación francesa, por el contrario, estaba prohibido. 

Este relato en primera persona está despojado de cualquier eufemismo y emoción, ya que en palabras de la misma autora, no estaba considerado detener la ejecución de su decisión por la interposición quizás manipuladora de la lástima o del instinto del que no era dueña. 

En esta obra, la Premio Nobel pone de manifiesto los métodos que se manejaban en la Francia del siglo XX para interrumpir la gravidez, el alcance punitivo de la legislación, el boca-a-boca para traspasar datos de personas que practicaban abortos y los peligros del aborto clandestino. También, cuenta los detalles del "acontecimiento" -como ella prefirió llamar a su aborto- desde su planificación, búsquedas, ejecución y efectos. 

En definitiva, El Acontecimiento es una obra icónica de Annie Ernaux y un infaltable para los movimientos feministas y que promueven el acceso y consagración de los derechos reproductivos de las mujeres. Sin adornos, sin ripios ni historias innecesarias, con una traducción de calidad a manos de Berta y Mercedes Corral Corral (Tusquets Ediciones, Colección Andanzas), este relato tan personal intriga e impacta a quien lo lea. A continuación, extractos de la narración.

"No me producía ninguna aprensión la idea de abortar. Me parecía, si no fácil, al menos factible; que no era necesario tener ningún valor especial para hacerlo" (Ernaux, 2001).

"Estaba por todas partes. En los eufemismos y los lítotes de mi agenda, en los ojos saltones de Jean T., en los matrimonios forzados, en el filme Los paraguas de Cherburgo, en la vergüenza de las mujeres que abortaban y en la reprobación de las otras. En la imposibilidad absoluta de imaginar que un día las mujeres pudieran abortar libremente. Y, como de costumbre, era imposible determinar si el aborto estaba prohibido porque estaba mal, o si estaba mal porque estaba prohibido. Se juzgaba con relación a la ley, no se juzgaba la ley" (Ernaux, 2001). 

sábado, 27 de abril de 2024

Opinión: El lugar por Annie Ernaux



La muerte del padre como detonante de una reflexión sincera, sin miedo a la herida ajena es el primer resumen que viene al teclado a la hora de pensar en El lugar de Annie Ernaux. Elevada a los estantes de las librerías francesas en 2002, esta novela autobiográfica navega por la racionalidad y emociones de su autora frente a su padre moribundo.

Rememorando los alcances sociales de la Francia posguerra, la autora se enfrenta a la compleja relación con su padre y la percepción de él en la medida que va creciendo, lo recuerda en distintas épocas, como obrero y comerciante, como un hombre duro y orgulloso. Lo analiza también desde la fotografía y las facciones que él deja retratadas en la cámara. Como se suele decir, nadie se baña dos veces en el mismo río y es eso lo que se puede apreciar en la lectura, padre e hija van transitando por distintos lugares socioeconómicos y emocionales que se acercan más o menos, pero no se tocan.

Fiel a su estilo, la autora se despoja del sentimentalismo con el afán de exponerse a sí misma casi como el objeto de su propio estudio, generando una narración gráfica y silenciosa pero con ritmo, de todas maneras. Hay un mejor nivel en la traducción al castellano, las ideas ya no se tropiezas y las estructuras gramaticales del francés están mejor armonizadas que en La Vergüenza.

Esta novela es una recomendación que podría resultar útil para el público asiduo al género de la autobiografía, pero denso para quienes prefieren literatura con pirotecnia y efectos especiales; de la misma manera, podría resultar estimulante y cautivador para quienes tengan relaciones no resueltas o conflictivas con sus padres, o estudiantes de la salud mental.

jueves, 11 de abril de 2024

Opinión: La vergüenza por Annie Ernaux

                               

 

En marzo de 1998, la Nobel de Literatura Annie Ernaux[1] lanzó en formato de autobiografía La vergüenza, donde comparte cómo fue desarrollando una personalidad introvertida y vergonzosa a partir de una tarde de domingo de junio cuando su padre golpea a su madre hasta casi matarla.

En este relato, la autora aborda desde una marcada introspección, la sociedad francesa de la posguerra, el clivaje público privado, el laico religioso y las diferencias de clase, elucubrando a través de ellos por qué desde aquel episodio siente una soterrada vergüenza.

En el segundo tercio de la lectura, Annie Ernaux, narra su paso por el internado, su relación con las monjas y el conocimiento. La religiosidad católica marca su relato y lo invade, siendo en definitiva este punto de la lectura, el más fluido y nutrido.

La vergüenza no tiene música. Hay ciertos libros con cadencia y crean en el cerebro un ritmo especial, evocan canciones, conversaciones, colores y los personajes se mueven a medida que avanza la narración. Con La vergüenza, el silencio de apodera del relato, escuchándose la voz de la autora casi en un tipo de ASMR, recuerdo haber evocado en el primer capítulo el sonido de los tacos en el suelo cuando Annie reflexiona sobre la división social y geográfica de su ciudad, y el quiebre de los platos durante el fallido femicidio que perpetró el padre la autora contra su madre. Annie Ernaux tiene esa capacidad que algunos llaman “estilo directo y sin adornos”, yo lo llamaría, escribir en el vacío, en la suspensión, lejos de la velocidad del sonido, aunque cercana a la velocidad de la luz.

La traducción al castellano no es la mejor y, no es que sepa francés, sino que hay estructuras gramaticales de ese idioma que no están del todo bien adaptadas a la forma en que escribimos y leemos en castellano, por tanto, en ocasiones es posible encontrar que la narración se hace más compleja o tropezamos con una línea en varias ocasiones. Algo parecido me sucedió con Muriel Barbery en La elegancia del erizo. Ahora bien, si el lector es asiduo a los autores franceses, tanto mejor.

En esta obra prima el desarrollo psicológico del personaje por sobre la historia, permite conocer de entrada el carácter y estilo literario de la autora y prepara al lector para abordar, luego, otros de sus libros como El Acontecimiento o El lugar, porque La Vergüenza, más que una historia, es una larga reflexión.  

domingo, 7 de abril de 2024

Opinión: En agosto nos vemos por Gabriel García Márquez


 

Durante agosto, Ana Magdalena Bach acude a una isla del Caribe para visitar la tumba de su madre con el fin de dejarle flores y reencontrarse con su memoria. Sin embargo, terminará encontrándose con una parte desconocida de su personalidad y redescubriendo a la mujer que paradójicamente, nace en un cementerio. La trinidad del rol de la mujer adulta de la América Latina del siglo XX, madre, esposa e hija entra en jaque y crisis de la mano de Gabriel García Márquez, quien en vida se había negado a publicar En agosto nos vemos. No obstante, fue lanzada a la venta el 06 de marzo de 2024 por decisión de sus hijos.

Esta novela breve con características cercanas al cuento, va mostrando el imaginario de Gabriel García Márquez, recrea a través de las vivencias de la protagonista los paisajes y las culturas que conviven en El Caribe colombiano. No se podría decir, con justicia, que la historia quede trunca atendido el contexto de la muerte del autor, previo a las enfermedades que afectaron su intelecto y discernimiento. El cierre está bien ejecutado, aunque habría sido muy satisfactorio conocer el derrotero de ciertos personajes o ahondar en sus pasados. Pero así son las obras póstumas, permiten apreciar el proceso creativo del autor en sus últimos días; es esa su riqueza. Así como las biografías no admiten margen a la creatividad o ficción, la muerte no admite que se reversionen historias y se les prive, finalmente, de la esencia de su dueño.

Es muy interesante advertir el simbolismo, una vez finalizada la lectura, que hay en la visita de Ana a la tumba de su madre, pues también está asistiendo a la muerte de la madre y esposa que ella había sido hasta aquel 16 de agosto. Esta novela trae, como siempre en el universo de García Márquez, debates sociales o culturales como la infidelidad, la decadencia de la religión, los nuevos matrimonios, el deseo y la insatisfacción.  

Me pareció una historia entretenida, que vale el esfuerzo leer, una novela que le permitió de cierta forma a la familia de García Márquez, ganarle un poco a esa injusticia que subyace a la muerte de los ídolos, porque al cerrar la última sílaba de En agosto nos vemos, quedan vivas las ganas de seguir leyendo, de quitarle a la tumba el cuerpo y creatividad de Gabo. Eso siempre es una ganada para quien extraña.