Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

viernes, 26 de marzo de 2021

Tintura

Veo la arena mojada y en un tono rojizo, prestado por la óptica de los lentes de sol, oigo un suave romper de olas y nos toca el cuerpo el viento como acariciándonos. Descalzos, gozamos compitiendo por quién pisa más caparazones de cangrejos muertos. La sal del mar nos deja un breve sabor amargo en la boca luego de habernos bañado. Está nublado y el clima aún no se decide por el frío o el calor. Olemos el mar, la humedad juega con nuestras narices y las acaricia hasta el estornudo. Caminamos hacia el norte y vestimos pantalones cortos mojados que con el roce de la arena desean irritarnos las piernas; arriba, una polera seca tú y yo una polera seca y mi polerón negro porque siento frío y el relajo se apodera de mí, mi estado mental es totalmente pacífico hasta que tratas de encender un cigarro, me molesta. Nos tomamos las manos y caminamos en un igual compás hacia el norte y acordamos que apenas salga el sol volveremos al automóvil a tomar agua y almorzar. Acordamos también soltarnos las manos cuando empiecen a sudar y mientras tanto, vuelvo a sentir una paz alegre tomado de tu mano y se siente cómo estaba escrito en el plan de Dios que en ese mismo momento yo fuera un hombre feliz cuya dicha empezaba en los pies y terminaba en su cabeza desnuda y resguardada del sol bajo un sombrero favorito. Me nacen desde el pecho los te quiero, los besos, los te amo y los gracias por tu cariño. Salió el sol, debemos volver al sur según lo consensuado, ahora eres tú el que debe terminar de pintar mi sueño que es un cuadro apenas dibujado, ¿qué preferirías? ¿ir de la mano, corriendo, hacer el amor a la mitad del camino, con gaviotas, avistamiento de ballenas, lloviznas, sonrisas, juegos, barcos o botes, playa o puerto, hablamos del trabajo o de la familia, conversación o silencio, patria o muerte, compañero?

domingo, 7 de marzo de 2021

Opinión: Coronación por José Donoso

Coronación es la primera novela del extinto escritor chileno José Donoso. Fue publicada en 1957 y relata con tintes de obra dramática la convivencia de dos clases sociales opuestas dentro de la casa de los Ábalos, una familia santiaguina, muy conservadora y propietaria del emporio Fornino.

Coronación narra con muy buena pluma la relación que sostiene Andrés Ábalos, heredero del patrimonio familiar con su abuela Elisa Grey de Ábalos, la de ésta con Rosario, Lourdes y Estela (empleadas); la de la última con Mario, su novio, y la de él con su hermano y cuñada. Para ser más precisos, Andrés es un adulto de edad madura que se enamora de Estela, una joven sureña que llega a trabajar a la casa de la abuela del primero, la prejuiciosa y clasista misiá Elisa Grey de Ábalos, quien, a su vez, se define como una santa y padece demencia senil. Por otro lado, Estela está sentimentalmente vinculada con Mario, un exempleado del emporio Fornino, hermano de René, ambos pertenecientes a una clase social marginal tocada por la pobreza, el hacinamiento y la delincuencia. Estas diferencias sociales y el amor detonarán las pasiones dentro y fuera de la casa Ábalos y remecerán los cimientos que Andrés Ábalos daba por fuertes e inamovibles. La mayoría de los personajes logra un desarrollo y evolución en la novela que permite dibujar sus perfiles psicológicos y no a través de una descripción prosaica y detallada, sino que mediante una mezcla entre los diálogos y la narración misma, a tal punto que no es necesario ponerles cara (a los personajes) para facilitar la comprensión. Salvo en los casos de Lourdes y Rosario, las empleadas de la casa patronal, donde es algo más trabajoso diferenciar sus roles e historias puesto que la función de éstas tiende a dar teatralidad a la obra y hacer el contraste social entre patrones y servidumbre.

Esta es un novela rica en técnica narrativa y en personajes cuyas historias, modos de hablar, miedos, pensamientos, dudas y certezas la dotan del sentido de la realidad, por ello se perfilan tan bien los personajes que no es necesario detenernos en sus características físicas, porque en el Chile actual o en cualquier sitio de América Latina sería posible reconocer a un Andrés Ábalos o Elisa Grey, muy prejuiciosos, clasistas y malpensados, así como muchos podemos conocer a personas que prestan servicio doméstico, dibujar sus problemas, sus relaciones y realidades. Ello también fue tierra fértil para que este relato se teatralizara en las tablas y en el cine, puesto que la gracia de describir sin aburrir hizo más fácil a dramaturgos y directores la tarea de caracterizar a los personajes respecto de su fuero interno. No encontrarán en Coronación una novela de familias numerosas, intergeneracionales ni de muchas locaciones, pero sí hallarán diálogos muy intensos, realidades muy crudas, machismo, violencia, las divagaciones propias de la demencia senil, las crisis propias del hombre adulto, mucho prejuicio y vulnerabilidad. Cabe notar que el relato contiene episodios de violencia de género física que podrían afectar la sensibilidad de las y los lectores toda vez que no existe un reproche a ello a nivel de narrador ni de personajes, reflejo de una época en que el machismo impregnaba hasta las más altas cúpulas culturales.

Cabe criticar que, posiblemente, se responda con el espíritu de una época la falta de interés o conocimiento hacia complejo mundo de las mujeres. En la historia, las mujeres están relegadas a la casa, al cuidado de alguien, a la esfera privada y son víctimas de abusos en distintos sentidos. En tanto, el único personaje de una mujer liberada de esos yugos era una cuyo uso de la razón había caducado.

El desenlace de esta novela es realmente una coronación, se trata de un capítulo que va de menos a más en su ritmo y cierra con sentimiento, nostalgia y técnica narrativa. Invito de todas formas a leer este libro más desde el análisis histórico y literarios que del goce (aun cuando de todas formas lo hallarán) porque es un clásico chileno, refleja y da realidad a los contextos de una época y porque José Donoso en sus libros siempre da cátedra de entretención y redacción.