Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

jueves, 24 de julio de 2014

Perdidos en diciembre

Ha sorprendido y confundido el actuar de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) por el desempeño de la Mesa Directiva como del Pleno de Concejeros frente a los múltiples hechos que ha protagonizado el Gobierno y la conducción de las Reformas Educacionales por parte del Ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre.

Entre noviembre y diciembre del año pasado, los que hasta ese entonces éramos estudiantes de la Universidad de Chile escuchábamos y prestábamos atención a las que creíamos una de las elecciones de Gobierno Universitario Estudiantil más interesantes. Nadie sabía bien quién ganaría las elecciones pero sí que las Juventudes Comunistas perderían por el sólo hecho de haber ingresado el Partido Comunista a la Nueva Mayoría, actual coalición liderada por la Presidenta Michelle Bachelet. No estaban las confianzas de los estudiantes de bases con la Jota.

La Presidencia de la Mesa Directiva de la FECh era un espacio en cuya disputa había seguridad del triunfo del Pacto Izquierda Autónoma - Nueva Izquierda Universitaria - Romanesku (Lista Crear Izquierda Amplia) y el Pacto Unión Nacional de Estudiantes y Frente de Estudiantes Libertarios (Lista Luchar). Los últimos ganaron y representan, según lo que argumentaron y comprometieron en campaña una de las vías más radicales de la izquierda estudiantil. En tanto, la Izquierda Autónoma se quedó con la Vicepresidencia, las Juventudes Comunistas con la Secretaría General, y tal fue el triunfo del Pacto UNE-FEL (de la lista Luchar) que dado el sistema electoral de la federacíón, su mecanismo de integración logró posicionar a uno de sus candidatos como Secretario de Comunicaciones y finalmente la Lista de Vamos Construyendo logró obtener el cargo de Secretaría Ejecutiva.

Por una parte, se dudaba del triunfo de Izquierda Autónoma por ser el colectivo cuyos dos últimos Presidentes no lograron vencer la pérdida de vigor y vigencia en las calles del movimiento estudiantil. Se les criticó fuertemente por la debilidad de su gestión en cuanto a la poca capacidad de movilización a nivel de bases: durante las presidencias del actual Diputado Gabriel Boric y Andrés Fielbaum, los semestres dentro de la Universidad se cerraron con relativa normalidad, los paros fueron esporádicos y toda vez que algún otro sector quiso repetir la experiencia de 2011, no encontró eco en las presidencias autónomas de 2012 y 2013. La Lista Luchar tampoco era la segura ganadora, pese a la contundencia de sus exposiciones en salas, foros y patios de la Casa de Bello. Fabián Araneda logró a finales de 2012 llevar a Luchar a la Vicepresidencia de la Mesa Directiva FECh para el período 2013, lo que daba cuenta hacia dónde se estaba moviendo el electorado universitario, sin embargo, durante su gestión, las relaciones internas de Luchar no fueron las mejores puesto que se produjeron diversas diferencias entre el FEL y la UNE al punto de que en el ámbito de la política universitaria y a las salidas de los Plenos FECh se hablaba irónicamente de Quebrar y no de Luchar. Pese a lo anterior, Luchar volvió a reunirse, como fuere limó asperezas y puso en Melissa Sepúlveda la misión de ganar las elecciones.

Esta no fue una elección cualquiera, fue una que coincidió con momentos políticos claves: la elección presidencial, cuyas encuestas daban con seguridad el triunfo de la Presidenta Bachelet, quiem en sus compromisos de campaña aseguró, entre otras cosas, la gratuidad universal en las universidades tradicionales. En los patios se hablaba de desconfianza del futuro gobierno, de la calle, del ajuste de cuentas con la Presidenta, de la Concertación, de que la Jota entregaría la FECh al gobierno, de que no se transaría en nada y que los cantos de sirenas y que lo mismo de siempre y las marchas y los paros, que las vacaciones y marzo, en fin, una campaña totalmente relacionada a la Presidencia de la República. De aspectos internos de la Universidad, de los estatutos y orgánica del Pleno y la Mesa de la FECh: poco y nada. La beligerancia contra la Nueva Mayoría era lugar común de cada foro y pasos por sala.

El día en que elegimos a la Mesa FECh y el Pleno de Concejeros para el 2014, José Carrasco Tapia 9 se llenó de cánticos, de banderas rojas y negras: se había conformado una mesa sin ganadores de derecha, la izquierda universitaria prometía estar con los pies en la calle para guiar las reformas en educación en los términos que los movimientos sociales habían exigido desde el 2006 y el 2011. Algunos cantaban: Bakunin, Marcel Claude, sembraremos el terror. Todos esperábamos un país con estudiantes totalmente paralizados desde febrero. Pero las cosas no se han dado así. La Presidenta Bachelet asumió nuevamente el mando de la Nación y desde entonces hemos presenciado apenas dos o tres marchas universitarias.

El Ministro de Educación por su parte, ha cometido tantos errores de comunicaciones y de forma que uno llega a pensar que está cansado y lo hace a propósito. Eyzaguirre ha dado tantos pases gol a la CONFECh pero a lo más vemos a los dirigentes hablando por Tolerancia Cero, el noticiario o bien sus cuentas de Twitter. Algo que era más bien propio de los gobiernos de la Izquierda Autónoma, lo replica ahora Melissa Sepúlveda de quién se esperaba una conducción radical y más exigente. Pero no, ella prefiere hablar de otros temas, vincular todo a la violencia y decirle algunas pesadeces por la prensa al Ministro Eyzaguirre, hasta que las polémicas decantan y las ventanas se cierran. Se esperaba que la CONFECh fuera capaz de movilizarse porque fue para eso que la mayoría le dio su voto de confianza, y presionar para que las reformas de la Presidenta fueran empujadas desde la centro izquierda a la izquierda más progresista.

Hasta ahora, las reformas en juego en el Congreso no se han corrido milímetro alguno hacia la izquierda, la derecha y la Democracia Cristiana han hecho un trabajo espectacular, los nuevos diputados de la bancada estudiantil han mostrado inexperiencia y poca capacidad de fuerza a la hora de empujar reformas hacia dónde ellos se comprometieron. Las reformas se están moviendo hacia la derecha, para no ser pesimistas, hacia el centro, aquel tan querido por los nostálgicos del status quo. Evidentemente, que en este tránsito de dos polos de la reforma, al movimiento estudiantil le cabe responsabilidad porque capacidad de presión sí tiene y así se demostró el 2011, al punto que sin haber apoyado a la Presidenta Bachelet en su campaña, son sus exigencias históricas las que hoy se discuten en las reformas enviadas por el Ejecutivo; al punto de enviar al precipicio la popularidad del Expresidente Piñera. La DC está llegando mejor a los pases gol de Eyzaguirre y ha introducido en el Ministerio a Andrés Palma y negociando la llegada de Mariana Aylwin, cuya defensa a la Educación que ya nadie quiere es muy alabada y resaltada por los medios de comunicación; los asesores que llegaron en un principio a apoyar a Eyzaguirre, llámese Crispi y compañía se han notado cero, han pesado mediáticamente muy poco. Ya se habla de que Eyzaguirre se va, de que se acabó la reforma y los malos de siempre (la DC) volvió a ganar. Es que se subestimó a la DC sin necesidad de hacerlo, se la quiso arrinconar cuando se habló del nuevo eje PS-PPD, el PC quiso dar un peso más a la izquierda a la coalición, pero la DC fue más astuta y en silencio y sigilosa terminó arrinconando a todo el gobierno junto en la Reforma Tributaria en el Senado y si no se toman las providencias políticas necesarias, lo hará también con la Reforma Educacional y las reformas que vengan de acá a cuatro años más.

El movimiento estudiantil de la CONFECh está debilitado, casi pusilánime, intentando incidir por una de las que nunca fue una vía válida para ellos: la institucionalidad, por medio del Plan de Participación Ciudadana del Ministerio de Educación, algo que ya todos sabemos no es vinculante. La Participación Ciudadana sirve mucho pero tiene sus bemoles puesto que la exigencia de hacer vinculantes sus procesos pasa los límites incluso de la Constitución que asegura el ejercicio de la soberanía a las autoridades y al pueblo en elecciones y plebiscitos. Me cuesta creer en la calidad de esta estrategia, al parecer quieren golpear la mesa desde los Diálogos Ciudadanos o algún Cabildo Ministerial con la amenaza de que si las conclusiones de éstos no son vinculantes como se les aseguró, entonces se movilizarán hasta que no quede estudiante en aulas. Pero para ser francos, todo depende del timming del gobierno, que hasta el momento ha sido políticamente eficaz.

Estamos en presencia de una CONFECh tímida, que a dichos del Ministro de Educación sobre gratuidad sólo para cuatro años reacciona de forma tardía, a través de tuits y estados de Facebook como si por medio del computador fueran a hacer cambiar el rumbo de una reforma. Sinceramente, no me esperaba que Melissa Sepúlveda soportara por mucho tiempo los constantes berrinches de Naschla Aburman, ni que tuviera un liderazgo tan pasivo. Me pregunto dónde están los trabajadores unidos con los estudiantes marchando todos los días por la Alameda como le gusta a Luchar, dónde está Marcel Claude, en dónde quedaron las desconfianzas y las promesas de paralizar la Universidad de Chile al primer traspié del Gobierno de la Presidenta Bachelet, dónde están los discursos de bella oratoria en el balcón de la FECh. Allá pueden estar, perdidos en diciembre.