En Como
esta tarde para siempre (2018) de
Jaime Manrique, la selva colombiana se convierte en testigo del amor de dos
seminaristas: Lucas e Ignacio, quienes empujados por diferentes rechazos
terminan en el lugar perfecto para esconder sus identidades.
De rápida y cautivadora lectura, esta novela
escrita originalmente en inglés y traducida al castellano por Juan Merino y
Patricia Torres, combina la transgresión y el placer en un contexto marcado por
la alta vulnerabilidad social y política de Colombia, relatando los pasos que
Ignacio y Lucas darán a lo largo de sus infancias hasta coincidir en Facatativá
o el Putumayo y vivir un amor sólo desafiado por la muerte y la guerrilla
colombiana.
En esta lectura se encuentra una parte relevante
de la Historia de Colombia e interesantes debates teológicos y pragmáticos
dentro de la Iglesia Católica como el conservadurismo extremo y los
practicantes de la teología de la liberación, sin contar la presencia de
enfermedades venéreas, el consumo de drogas, violencia y en especial: calor y
selva.
Como esta tarde para
siempre es un
relato necesario de leer, puesto que releva el valor del amor y lealtad por encima
de cualquier prejuicio o dogma, buscando permanentemente una forma para
subsistir en el tiempo y espacio; es en definitiva la historia de un amor
porfiado, desafiante e irresistible que crece tras las rejas de los monasterios
de la Iglesia Católica y que no es del todo ficción, ya que se basa en la
relación afectiva de los sacerdotes Rafael Reátiga y Richard Píffano. Cabe
advertir que esta novela cuenta con párrafos explícitos por cuanto su lectura
está indicada, a mi juicio, para mayores de edad.
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