La pampa
salitrera de Chile puede evocar sed, desesperación y espejismos, los
nostálgicos de sus incipientes oficinas mineras podrán remembrar los cines y
las compañías de teatro que llevaban cultura y distracción al pueblo minero. Así
lo dejó escrito Hernán Rivera Letelier, autor insigne y casi dueño del Desierto
de Atacama, en La contadora de películas (2009)
donde exhibe la relación mágica entre espectadores y películas, y adentra al
lector en el pretérito y complejo oficio de contar.
María
Margarita, la única mujer de cinco hermanos es designada por su padre para ir
al cine a ver las películas y luego contarlas a la familia, tomando luego la
expertiz de una juglar al punto de que se transforma en su forma de
supervivencia material. La novela va apuntando en paralelo el derrotero de cada
miembro de la familia en que todos los hijos llevan nombres con letra eme.
También, como es natural en el autor, se lleva todo al plano de la vida en las
oficinas salitreras y el desierto.
La
historia es prometedora en un comienzo y toma un ritmo tan alto que llega a un
final cuando recién se está disfrutando el desarrollo, se deja ver una
desidia en la narración, un deseo de terminar con la novela cuanto antes y
entregársela a la editorial. Sin duda, que una historia tan rica en su
entramado y estructura, no debe quedar con la voz trunca, tijereteada y con
tantas páginas en blanco. Incluso, ese vocabulario tan prolífico que se
encuentra en La Reina Isabel cantaba rancheras
se perdió en esta entrega. Además, presenta al menos dos errores de edición,
puesto que una de las páginas se menciona a Mario, aun cuando ese personaje no
existe y comete la falta ortográfica de escribir “mi” en vez de “mí”.
Un punto a favor de esta novela es que despierta la conversación acerca del arte de contar, ¿se están preparando a los estudiantes a hablar por sí mismos, a mejorar su comunicación oral, a relatar con el tono que deseen un periodo de su vida tan simple e interesante como por ejemplo, lo que pensaron cuando iban de la casa a la escuela?, ¿qué ventajas y desventajas tienen los celulares en el desarrollo de las habilidades del lenguaje hablado?
Es de
esperar que la adaptación al cine de la novela tenga mayores aciertos y
complemente o cierre todo lo que Hernán Rivera Letelier no nos quiso contar. Recomendada para estandaperos e iniciados en oratoria.