Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

martes, 5 de diciembre de 2017

Diez años

                                              Gracias a los ángeles que batieron sus alas para hacer volar este sueño desde mis noches hasta la vida real. Las cadenas funcionan. 

¿Te llevo a Copiapó? 

Ponte el cinturón de seguridad y me tienes que decir dónde vives para dejarte en la puerta de tu casa, ¿vas a tu casa, verdad?

No puedo creer que hayan pasado diez años desde que nos dejamos de ver, estás igual o mejor, en comparación a mí que sólo estoy peor por lo menos físicamente hablando. Los profesores nos solían comparar, principalmente el de matemáticas en tercero medio y yo lo encontraba una odiosidad porque jamás hubiera tenido el carisma y simpatía que detentabas, tanto talento y arte imposible de remontar, aunque tampoco hice el amague porque mis intereses eran otros. ¿Tú sentías lo mismo o nunca te importaron estos alcances tan comunes que producían una inevitable comparación?

A pesar de que nunca conversamos más allá de lo que la cordialidad permitía, guardaba una muy cálida atención hacia ti, me gustabas porque sentía que tus cantos y maniobras de artistas tenían un dueño que era yo. No recuerdo si en ese tiempo ya era un muchacho sin amigos y solitario o aún me juntaba con algunos compañeros que solidariamente me incluyeron en su grupo, pero me daba lo mismo porque me viera quien me viera no podía dejar de mirar cada maniobra de las performances con las que todos bailamos y cantamos. Mi boca abierta denotaba la incredulidad que me embargaba cuando parecía en que los versos de mayor melosidad el mirado por el artista era yo. No sé, me pasé mil rollos y para no arruinar más mi vida colegiala preferí guardar silencio y esperar que esta ilusión combustiera más temprano que tarde, segundo a segundo, año a año. 

¿Cómo te fue y qué ha sido de ti este tiempo? Recuerdo que te pregunté por Whatsapp y nunca me contestaste, tal como ahora. No has dicho nada. Nunca pensé que te fuera encontrar acá pero me alegra verte tan bien. 

Sácame de una duda, una que no me he podido contestar ni aunque buscara su respuesta una década más... ¿te gusté?

Bueno, si no me puedes contestar eso, háblame de algo que no me decepcione y mantenga viva esta ilusión de servidor solitario. 

Ya estamos llegando, ¿vas a tu casa o te dejo en el terminal de buses? 

Hubiera preferido contarte algo más de mí, de lo que hice y hago, pero saber de ti es algo que quiero tanto que en este viaje venido a sueño quise confirmar o descartar toda esperanza en cuanto a lo que no fue. Sólo por si vuelven a pasar diez años o más y no nos volvemos a ver, imagíname feliz, así como estoy ahora que te volví a abrazar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario