13.04.10
Aunque no te importe
y aunque no te duela,
mis sábanas se han cambiado de nombre,
humedecen otras pieles mis salivas, mis sudores.
Aunque no me extrañes
y aunque no me llores,
otros oídos gozan de mi poesía,
sublime se escribe como la sangre
que irrigó mi cuerpo de pureza y lozanía.
Aunque en muchas noches yo te quise
y en tantas otras yo te amé,
en esta noche eterna,
dos suspiros yo expiré:
uno decía gracias;
y el otro no entendía: de qué.
Y aunque a veces
me dan ganas de extrañarte
ya ni mis miradas te las lleva el viento,
pues te quedaste adentro
del cerrojo de un recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario