La bailarina de Auschwitz (2017) es una historia autobiográfica narrada por Edith Eger cuyo tema central es la supervivencia post Holocausto de la protagonista. La historia se divide en cuatro partes; la primera aborda la persecución y exterminio nazi contra la población judía, hasta la liberación de los sobrevivientes, y todos los efectos postraumáticos producto de semejantes horrores. En la segunda parte, la autora da cuenta de cómo rearmó su vida y sobre las decisiones que tomó en su adultez, bajo la posterior persecución del régimen comunista y de cómo zafó de éste. En la tercera sesión, se aborda la vida profesional de Edith, su desarrollo como psicóloga y una de las pruebas límites que tendrá que pasar para sanar las heridas más trascendentales de su vida. Por último, producto de todas sus experiencias vitales, la autora busca encontrar sus propias respuestas a las preguntas que hace a sus pacientes; en una especie de exposición de casos clínicos, Edith invita a reflexionar las responsabilidades que caben a los seres humanos en sus procesos de victimización.
La bailarina de Auschwitz es una historia estremecedora como
todo lo que puede conocerse de los crímenes de guerra del Holocausto y transita
fácilmente por el horror, desesperación, desesperanza, valentía, superación y
perdón. En todo momento, se encontrará a una autora reflexiva, optimista y apoyada
fuertemente en su carga ancestral, en las remembranzas que le produce la
relación que tuvo con sus padres y hermanas.
Rescato las historias que evitan que se olviden
o relativicen los crímenes de lesa humanidad y esta aporta a la memoria
colectiva, mantiene latente que el ser humano puede convertirse en un ente
destructor atraído por sus prejuicios e ignorancia y operando bajo un manto de
impunidad. Destaco aquellos aportes que relevan el valor de la psicología clínica
y la terapia en tiempos en que la salud mental individual y colectiva está tan
desprotegida y fuera del alcance de la población.
Sin duda que la experiencia traumática y límite
de Edith Eger es excepcional, fuera de lo común; nadie perdona a su agresor y
persecutor en circunstancias de guerra, ni se hace responsable de los actos de
terceros una vez que diagnostica que el propio y constante estado de victimización
no le permite ser feliz. Esta autobiografía es un aporte desde todo punto de vista
y se constituye también como un ejemplar de autoayuda, permite llevar en su
lectura una introspección, un examen de conciencia e ir haciendo la terapia
junto con las preguntas vitales que se van planteando.
Literariamente, cabe decir que la traducción es
óptima y logra transmitir el tono de una mujer nonagenaria, sabia y experimentada,
siendo exitosa en el traspaso de las emociones. Al tratarse de una
autobiografía, se logra potenciar los momentos claves y evitar entrar en excesos
que no son fundamentales para el propósito de la novela, en el entendido de que
en cuatrocientas páginas se han de leer más de 90 años de vida, lo que a su vez
revela un trabajado poder de síntesis. El cuarto capítulo raya en el límite de
lo preciso; como se explicó, se trata de una serie de casos clínicos que son
aceptables sólo porque Edith es capaz de hacerse las preguntas necesarias que
lo vinculan con su paso por Auschwitz y responde a éstas satisfactoriamente a
la luz de lo que un no-psicólogo puede comprender.
Este libro se encuentra disponible en formato ebook.