Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

viernes, 9 de octubre de 2020

Opinión: Crónica de una muerte anunciada por Gabriel García Márquez

Crónica de una muerte anunciada fue publicada el año 1981 y relata en una mixtura de novela y narración periodística (crónica) los hechos y omisiones que desencadenaron en el asesinato de Santiago Nasar. Es narrada por uno de los amigos del protagonista años después de acontecidos los hechos cuya base y motivación son la honra y honor de las familias, por los que es preciso matar en caso de haber sido mancillados.

Esta historia es un spoiler ya que su mero título devela el funesto destino del protagonista. García Márquez es un precursor de esta técnica narrativa donde se informa un desenlace -por lo general crudo- mas la riqueza y el gusto del relato vive en el desarrollo de los acontecimientos; este estilo ha sido llevado a la televisión como en las series La casa de papel y  Vis a Vis. En pocas palabras, y sin temor a adelantar los hechos a futuros lectores, Santiago Nasar muere asesinado a manos de los gemelos Vicario, hermanos de Ángela Vicario cuya honra habría sido insultada por él, lo que llevó a Ángela a ser devuelta a la casa de sus padres una vez que se casó y no pudo dar pruebas de virginidad a su reciente marido. Este suceso gatilla la decisión –a juicio de los asesinos- justa, necesaria e irrevocable de matar a Santiago, quien nunca se entera de tales intenciones por lo que muere sin la opción de huir o preparar una estrategia defensiva.

Uno de los amigos del protagonista y que participó de los hechos, es quien años después decide reconstituir el crimen y se entrevista con personas que sabían que Santiago iba a ser ultimado y abre así la puerta al sabor que tiene esta lectura: los motivos que llevaron a estos testigos de no advertir a Santiago de su aciago destino. En el fondo, queda en evidencia que de la muerte jamás se escapa, nos espera paciente y hábilmente en el momento y el lugar que ella ha designado desde que nacemos. De hecho tan bien lo dice el juez instructor de esta historia: “En el folio 382 del sumario escribió otra sentencia marginal con tinta roja: La fatalidad nos hace invisibles.”

Es una narración prolija, rica, cautivante, una lectura bien construida con tintes novelescos a pesar de ser una crónica dada la voz en que se presenta al público. Cada personaje es una marioneta de la muerte que por acción u omisión contribuye en el momento preciso a que Santiago muera como lo hace. Leí esta historia en primero medio, fue mi primera lectura evaluada y mi desempeño fue mediocre, no me había gustado en ese entonces porque tenía ganas de leer una novela y hacer el ejercicio de ir adivinando el final y porque desconocía la técnica narrativa de la crónica, contar la historia de principio a fin. Hoy con tantas novelas más en los ojos, puedo valorar el aporte de esta obra literaria a la cultura latinoamericana y aprender que el spoiler es un mecanismo potente cuando el desenlace es menos sabroso que los misteriosos caminos que nos llevan a todos a nuestro destino final: la muerte.

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