Más que caminar sin rumbo por Maturana
voy sin contar los pasos y diseñando estrofas,
y grabando palabras como sangre machucada,
rescato los versos que no remecerán tu impronta.
Pero tu impronta sí remece mis versos,
los empuja desde mi garganta y no gritan te quiero,
los revuelve como una hormona y no roban tus besos.
Tu impronta ojinegra y silenciosa es una idea en celos,
un gatillo frustrado como los días inciertos.
Más que andar sin tus pasos caminando por Moneda,
ando en las calles rezando y delirando
que llega tu ausencia corriendo a hacerse inmensa,
que viene a lesionar un día más mi color insensato.
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