Me recomiendo escribir este poema
infringiendo toda aquello cercano a la norma.
¿Es posible comenzar sin tener esquemas
o bien, dejo a tu olor dictar el verso que asoma?
Tu cara sumada a tus negros cabellos se potencia;
alberga mis deseos de besos mucho más que tu boca,
y pinta encima tuyo el lunar que te brinda la esencia.
Ahí me quedase adherido sin aventurar otra estrofa.
Digamos que es tu risa reflejada en el candor de tus ojos
la que me emboba más que la habilidad de un mago,
y me limpia con la ingenuidad de un legítimo asombro
y se empeña, exitosa, en enseñarme a querer, sin embargo.
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