Mi papá me diría que ando "espeso" para decir que ando con el genio corto. Me lleva el nerviosismo y al parecer descubrí la causa y no es que vaya a cumplir veintidós años, es el cierre de semestre; luego de un mes y medio de paro, vuelven las evaluaciones y con ellas las madrugadas sin ir a dormir y Santiago, quiero que todo salga bien, el relajo no es buena señal antes de una prueba y por ahora lo que menos logro es concentrarme a pesar de que no he perdido el training. Todo se concentró en un fin de semana: kilos de bibliografía por releer, el cumpleaños, el viaje, la disertación, que no me vaya a ir mal, que me vaya a ir bien, que me cae mal el profesor pero él no sabe, mi cabeza cada vez tiene más espacio. ¡Cómo no voy a andar irritable!
Pero bueno, no hay mal que por bien no venga. A darlo todo, a dormir nada y a sonreír que es la manera mejor de expresar la gratitud a la vida, a los padres y a Dios por este nuevo año. ¡La victoria está cerca!
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