Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

viernes, 17 de agosto de 2012

Lo que quiero, Martha Masters y merecer

En el capítulo Last Temptation de House M.D., la interna Masters decide renunciar a conformar parte del equipo de diagnóstico de Gregory. Escena final con la canción que inspiró esta entrada: You can't always get what you want (No siempre puedes tener lo que quieres) de The Rolling Stones. Y es verdad, no siempre podemos tener lo que quisiéramos aunque lo merezcamos, aunque hayamos luchado y renunciado a tanto, está en el ADN de la injusticia que alguien que jamás ha jugado a la lotería se la gane y uno que siempre ha apostado, se queda mirando cómo la suerte se lleva el premio. Violeta Parra cantaría: "Yo no sé por qué mi Dios le regala con largueza, sombrero con tanta cinta a quien no tiene cabeza"; Alanis Morissette, en tanto, diría: "you're meeting the man of your dreams and the he meets his beautiful wife, and isn't it ironic?" 

Yo no pude tener al Matías, a los Antonios ni al Alexis que quise,  ni vivir cómodamente y que me preocuparan cosas tontas como el peinado del perro fifi o de los cuadros chuecos en el muro. Y aunque no todo está dicho, no soy tan bello como me gustaría o como lo han sido mis padres, mi camino a la calvicie temprana es evidente, ni puedo estudiar de la manera que me gusta, a veces quisiera no saludar a la gente, gritarle a Mario que no me importa y confesar que me causa placer irme de los lugares sin despedirme, que hoy me desperté con ganas de abrazar a todos, pero se me pasa cuando veo a todos, que soy el más cínico, que me quiero sacar un moco con los dedos y pegarlo en una pared, decirle a la gente que se va a paro por la educación que la considero ridícula y poco cool, y darle un beso a Matías que cada día está más irresistible o bien asesinarlo por no gustarle y hallarme ridículo, que la novia de César termine con él por descubrirlo mirando mis fotos y leyendo este blog, que se rompan el corazón el par de highcientos hediondos a Rotary ¡Esa sí es justicia mierda! Sí yo también soy resentido, odio a los rotarientos y a la gente que habla con papas calientes en la boca. Los perros no, los gatos sí. Y le tengo miedo a los ratones, sí pavor prístino ¿y qué?, si me pueden morder en el cuello una noche y me matan los perversos. 

Pero no. Uno tiene que ser un hombre bueno y decente, ocultar sus gustos, no decir que ve la teleserie ni que llora con las escenas más tontas, tiene que decir que no cree en el Horóscopo porque es persona de ciencia, aceptarse físicamente como el adefesio que se es y decir: todos somos bellos a nuestra manera; saludar, preguntar cómo estás aunque sea lo último que me interesaría escuchar de los otros, y luego despedirse; ser honesto y falsamente modesto; sonarse con papel higiénico, aceptar los costos vinculantes de la democracia, y ser buen amigo para soportar todas las pesadeces y deslealtades, ponerle el hombro para que te lloren las penas y reír de chistes añejos; aguantarme las ganas de llorarle a Matías que por qué todo tiene que ser así, no alcanzar a ser siquiera diferentes, ser virtuoso y perdonar para no vivir con odio porque pesa tanto, perdonar a un César al que no puedo calificar más que como un desgraciado y cobarde, nocivo, perdonar porque es más fácil vivir con tristeza que con rencor a ese pobre diablo. Tengo que ser bueno y de corazón noble, hacer el bien sin mirar a quien, mostrar valentía ante los ratones y decirle a los niños que el cigarro es malo y ocultarles el placer que me trae. 

De todas formas, voy a seguir en el camino del bien, esforzándome ya no por merecerme una recompensa sino porque siempre me he dedicado a hacerlo y de esa manera me voy a morir. La justicia no existe y  es este el mensaje amargo y desesperanzado que he querido dejar y tal como Masters, voy a renunciar a dejar de hacer lo correcto porque no siempre puedo tener lo que quiero (ni lo que necesito).


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