Sólo dire: esta gente que hace de su bastión y filosofía de vida el amor a la naturaleza en combinación al libre consumo de marihuana y veganismo, me apestan.
Aman la naturaleza, el medio ambiente, pero no les cuesta un ápice de dolor o duda darle vida a una planta y luego matarla de sed para fumársela, para experimentar placer y para contaminar el cielo con sus humos hediondos.
Critican que los seres humanos que consumimos carne y derivados de animales incurrimos en una práctica cruel al incentivar un sistema en que se reproducen seres vivos con fines de lucro. Es verdad, lo hacemos o al menos yo lo hago y me cuesta mucho sentir culpa. Pero, ¿no es un caso paralelo el de cultivar marihuana con el fin de obtener un placer, un goce momentáneo? Incentivan a miles de traficantes a reproducir plantas para luego quitarles la hidratación y venderlas.
Conclusión: si usted ama a los animales, es hippiemente adicto(a) a la marihuana y es de quienes sale a las calles a gritar contra Pascua Lama, Hidroaysén o Castilla, dróguese en silencio, sin alardes porque habla pésimo de su persona y es de pésimo gusto.
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