Sigo con la fiebre por Joël Dicker, quien en
2024 publicó la novela Un animal salvaje,
una novedad en todo sentido. Menos personajes, menos páginas pero con la
calidad y talento de siempre.
Esta especie de matrioshka comienza con el acto de voyerismo que se ve en la
portada de la edición de Alfaguara, donde Greg, un agente policial de Ginebra
se detiene en la mitad de su corrida a mirar la casa sin cortinas de la familia
Braun, compuesta por Sophie, su marido Arpad y dos hijos. Greg, por su parte, está casado con
Karine y forman una familia de clase media, ambos trabajan y viven en lo que
despectivamente se denomina La Verruga,
un villorrio más humilde que el de sus vecinos acomodados. Ambos matrimonios
terminan conociéndose y van uniendo peligrosos lazos de amistad, envidia y
deseo, al punto de que nada ni nadie es quien aparenta ser en su presentación. En
paralelo, un par de ladrones planea el atraco a una joyería en el centro de la
ciudad.
Esta entrega se lee a un ritmo vertiginoso,
cada página es un nuevo elemento que no admite pausas ni descansos y hace que
nos planteemos por qué aún Netflix o Hollywood no firman contrato con Joël Dicker
para obtener el guión de un thriller. Sin necesidad de banda sonora, Un animal salvaje crea el ambiente de
suspenso necesario para recrear en la imaginación del lector la cadencia y
percusión de tambor redoblado. Todo esto, dentro de un contexto de falsas
apariencias, secretos, pasiones, arribismo y corrupción.
Ya de manera directa, Joël Dicker ingresa en el
mundo de los negocios, del fraude tributario, el blanqueo de capitales y las
argucias más impensadas. También, se ve a un autor más maduro que va evolucionando
en los temas conforme su público de La
verdad sobre el caso Harry Quebert va creciendo junto a su literatura,
incursionando, por ejemplo, en el erotismo y los desafíos de los matrimonios.
Es una de las más gratas sorpresas literarias
del año 2024, un redescubrimiento y reversión de Joël Dicker, que ha dejado
atrás la novela de extensos personajes y páginas para centrarse en la
complejidad humana, en sus encrucijadas, dilemas éticos y la vida adulta de
Occidente. Además, deja Estados Unidos y narra desde su Europa natal, entre
Ginebra, Londres, Saint-Tropez, La Toscana, etc. trayendo a las estanterías una
buena oportunidad de volver a leer de una sentada o de un único atraco.
Esta novela está disponible en formato de libro
electrónico.
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