Cierro los ojos y en la oscuridad cae una lluvia que me baña el cuerpo. Cierro los ojos y mi respiración es calma, se mece mi peso como una pluma arrastrada por un río manso. Cierro los ojos y mi mente se sumerge en sueños ahogados de mar. Cierro los ojos y todo es posible, lo divino y el peor de mis pavores. Cierro los ojos y en el viento me escapo del desierto, visito un jardín florido, me subo en una nube, salto sobre ella y del impacto surgen seres alados derramando oro. Cierro los ojos y en segundos una luz blanca me invade. Cierro los ojos y te veo. Te veo y cierro los ojos porque sin mirar la realidad puedo ver a ese constructo que mi ilusión diseñó a crudo antojo. Te quiero y cierro los ojos porque he de obviar toda evidencia dolorosa. Perezco lentamente y evadiendo mi verdad, cierro los ojos.
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