Me lo cantó a mí, sí, a mí como si el mismísimo Chris
Martin me dedicara su Sky full of stars y
sólo yo me di cuenta en medio de la alegría y el mar de estudiantes bailando
bajo el trance de tu ronca voz.
Celebramos en las dunas de Copiapó, fui porque
también me impregné del triunfo, no recuerdo bien con quien me junté, pero
mientras buscaba a mis compañeros, tu voz me llamó y sin darme oportunidad a
reacción, me perdiste bajo tu abrazo fuerte. No pensaba ni atinaba a nada más que
oler tu chaqueta y desear que tu cariño etílico fuera eterno. “Me quiere”,
pensé y celebré.
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