Así que el ex Ministro del
Interior Rodrigo Peñailillo no tenía capacidad de poner orden en los partidos
de la Nueva Mayoría, que era un desastre a la hora de enfrentar coyunturas.
Dijeron que la situación era insostenible y que no sabía alinear a las bancadas
en el parlamento.
Mas, si lo comparamos con el
actual desempeño del Ministro del Interior, Jorge Burgos, Rodrigo gana por
lejos. Porque a la hora de los datos duros, los ciudadanos acabamos de
enterarnos que casi la mitad de los proyectos de ley cuya completa tramitación
fue dispuesta por la Presidenta para una fecha tope de 31 de enero, se
postergarán para marzo, para dos meses más porque el supuesto ministro del
orden, el de las canas y alabado por Tomás Mosciatti, Fernando Villegas y
Sergio Melnick no ha podido poner orden en las bancadas y ni alinear a los
partidos de la Nueva Mayoría. Parece que lo de la Democracia Cristiana es
crónico: propensión a berrinches infantiles. Ya lo vimos con la fracasada
renuncia al cargo cuando a la Presidenta de la República se le olvidó pedir
permiso a Burgos para viajar a La Araucanía (¡vaya cosa!) o cuando el Partido
Comunista tuvo la digna idea de solicitar la inadmisibilidad de la Ley de Pesca,
la Democracia Cristiana se tiró al suelo a llorar por la gobernabilidad y el
Estado de Derecho.
Cuando el Ministro del Interior
era Rodrigo Peñailillo, Chile no era una lumbrera, pero la ciudadanía percibía
que había voluntad de cambio, de empujar la máquina que significa la
tramitación de los proyectos de ley emblemáticos para nuestra administración. El
31 de enero de 2015 sonaron varias campanillas en las salas del Congreso
anunciando leyes egresadas del tercer trámite pese a las fisuras de la
coalición y del boicot de la prensa. El 31 de enero de 2016 quizás no suene ni
la mitad.
Lo extrañamos Ministro
Peñailillo, estamos frente a una Reforma Laboral tibia, a un gabinete político
sin convicción, a parlamentarios leales a la vieja guardia y que desconocen el
compromiso empeñado frente a la Presidenta de la República y al pueblo chileno.
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