Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

domingo, 17 de junio de 2012

Monólogo entre Matías y yo

Me sorprendió que el conserje me dijera tu nombre, adelante, bienvenido. Está difícil el clima en Santiago. ¿Siempre ha sido así? Voy a que de un momento a otro se nubla y llueve como si... toma asiento, voy a buscar la chaqueta para mineros que me regaló mi tío Flaco hace dos años en Copiapó, es lo más abrigado que hay, hecha para soportar el frío en la cordillera. No me esperaba que vinieras, demás está decirte que puedes venir cuando desees, sólo avísame porque a veces salgo. ¡Qué mentira la mía, con suerte salgo a pasear a la universidad, vivo encerrado! Acá está, póntela si gustas. Tengo té ¿quieres? No doy más del frío, lo único que deseo es terminar de estudiar y largarme al norte. Prefiero vivir con calor todos los días que andar tomando cosas para calentar el cuerpo, con guateros y dolor de los huesos. Sí, me he avejentado, pero debo tener alma de viejo, sólo alma porque la sabiduría no la reflejo por ningún poro, por ninguna palabra; boto pelo, no bebo alcohol por mucho tiempo, prefiero el té, escuchar radio, escribir, leer, mirar a los animales y reclamar. Mi mal genio lo habrás notado. Sí, supe que perdieron, una lástima... pero sólo es un juego y perder tiene el treinta y tres por ciento de probabilidades. Es bueno aprender a vivir con la derrota, transversal a la vida. ¿Te abrigaste? ¿Más té? ¿De verdad que no? He visto que te ha ido bien en la universidad, me alegro tanto. No a mí no como quisiera, pero creo que aprobaré. Sí, dime, de verdad que no te esperaba por acá. Pero relájate hombre, te noto nervioso. No te preocupes, confía en mí. Sabía que alguien te iba a decir que la leyeras, pero sí, me refiero a ti y lo siento por no ser tan directo, pero es mi manera de decir las cosas, un cobarde por donde se me mire. Prefiero llamarle estrategia, en todo caso, discúlpame si es que esto te incomoda aunque por esa sonrisa veo que incómodo es lo menos que estás. Claro que se te nota, ¿o no te estabas comiendo las uñas recién? De todas maneras me importa bien poco que te inquiete o que te moleste, no hay mucho que esté a mi alcance para evitar lo que siento y si así fuera, no funcionaría. ¿Por qué no puede ser? ¿Ser qué, en primer lugar? ¿Y qué es esto según tú? Yo sí sé y puede ser que haya sido exagerado en mis términos, puede ser que no te ame (no, en lo absoluto) y que haber dicho que te quería sonara y fuera forzado, pero acá estamos, me gustas y mañana también me vas a gustar, ¿y yo te gusto? Bueno, eso es lo que esto es: me gustas y estás acá, en la boca del lobo, aunque nadie te invitó. Podemos seguir siendo amigos, lo sé, pero también es legítimo que siempre pueda verte con otros ojos y que me vuelvas loco, un poco irracional. Pero qué ojos que tiene, qué labios tan bien definidos, el color de su piel seduce, ese cuerpo atlético y su sentido del humor. No es mi culpa que nunca te haya pasado, podrías acostumbrarte a esto, no debo ser el único ni el último. ¿Por qué miras tanto la hora? Prende el televisor, quizá estén transmitiendo el partido, yo no los veo ni me gustan, pero para que veas que he querido quererte, prende el televisor y veamos el partido juntos, ¿a quién tengo que apoyar? No es tan difícil, nunca me ha gustado Colo Colo. Soy de la U entonces, pero no se siente nada. Una cerveza estimado, para que se nos pase el frío digo, me imagino que no te da asco compartirla. Bueno, ahí va a estar. En la tele siempre muestran que los partidos de fútbol se miran de frente y los otros sillones no miran al televisor de frente, así que permiso. Faltan como diez minutos para que empiece, que bueno que jueguen afuera si no no estarías acá pues. Puchas Mati, lo siento pero no puedo evitar que me gustes, quizá se me pase como muchas otras veces. Pero no me toques mucho para hablarme o no respondo, no forcemos las cosas mejor. ¿Y estás pololeando? Yo tampoco, qué coincidencia, parece que nos hubiéramos puesto de acuerdo. Siempre me dicen eso de que "sé hacerla", pero cómo un hombre con tu aspecto está solo, no lo entiendo, eso es para personas como yo, más bien feas y desabridas. No empieces, soy feo y mis papás nada más tienen derecho a negarlo. Gracias, no está demás decirte y repetirte que también eres muy bonito, en especial muy lindos ojos y labios. No te sonrojes, cualquiera lo diría. Sí, tengo el autoestima baja, pero de lo poco que me gusta de mí son mis manos, la manera de mis dedos, la configuración de mis venas. Déjame ver las tuyas, no están mal pero esas uñas mascadas se ven pésimo, buena textura. Te salvó la campana, llegaron los chiquillos como dicen acá en Santiago. Hola niños ¿cómo les fue en el centro? ¡Trajeron cosas ricas para comer! ¿Cuánto les debo? Les presento a Matías, un amigo. ¿Cómo? ¿Cómo cuál Matías? Ese que está ahí mirando fútbol, ¿no lo ven?

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