Que no se vaya Enero sin la rudeza de la noche
donde enciende la pasión de vientos y calores.
Quédate Enero unos días más a mi lado,
y no me niegues los brazos abiertos dando amores.
Que no se haga Febrero con el hambre de su aliento,
que no sea un mendigo reptante cuando te hagas treinta y uno.
No me hagas la guerra con tu sol inmenso buen Enero,
no sin llevar conmigo su escudo ni el beso oportuno.
Cien poemas y cien canciones entonaría si cedieras,
si antes del fin me abrieses el sentimiento obstuso.
El mes favorito mío si no fueras nunca treinta y uno.
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