Encontré tan aburrido Vidas Vulnerables de Pablo Simonetti que no puedo decir mucho, salvo que es un set de varios cuentos que narran experiencias límites de personajes mayoritariamente santiaguinos, de clase media alta cuyos momentos críticos dicen relación con el trabajo, la familia, la fidelidad y la muerte.
Los cuentos tienen un punto en común: introducen sin problemas en el espacio y el tiempo, presentan a los personajes decentemente, plantean el problema y gozan de un punto casi adrenalínico en el desarrollo de los hechos, no obstante, el final es un corte seco, frío que deja un sinsabor al lector. Me pareció pensar en la mayoría... "y para este desenlace leí tan entusiastamente". Un dejo de insatisfacción y decepción a pedir de letras.
Debo aclarar que la alusión de vulnerabilidad que indica el título de la obra no dice relación precisamente con la arista social o material de la palabra, sino con la vulnerabilidad del ser o estar, más que del tener. Seres puestos en encrucijadas límites de sus vidas, que deben tomar decisiones rápidas y vitales cuyas consecuencias marcan un punto de inflexión ya que luego de tomadas no hay vuelta atrás. Son justamente esas experiencias las que muestran a los personajes desnudos frente a un espejo que les refleja, inmisericorde, lo vulnerable de sus vidas, fuera de los escudos y las apariencias.
No resalta en vocabulario. El ritmo de la narración carece de manejo porque no sabe llegar al final sino abruptamente. Desequilibrio en las voces, aquellas que narran en primera persona singular son masculinas, mientras que para la historia de las mujeres siempre se narra en tercera persona singular. También hay un desequilibrio en cuanto al origen social de los personajes, pareciera ser que en los escenarios que plantea el autor no existiera la pobreza, el hambre, la crueldad.
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