Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

jueves, 27 de noviembre de 2025

Comentario de Limpia por Dominga Sotomayor

Estela tiene aproximadamente treinta años, llegó desde el sur hasta Santiago de Chile para trabajar como asesora del hogar chilena dentro de una acomodada familia. Allí, cría a Julia, con una conexión rayana en la maternidad.  

A lo largo del relato, Estela se ve enfrentada a diferentes situaciones cuyas soluciones requieren de la empatía de la familia empleadora, sin embargo, obtiene una negativa tras otra porque las necesidades del jefe siempre estaban por encima de la vida de la “nana”. Diferentes situaciones límites hacen que poco a poco Estela se ponga a sí misma en primer lugar; las consecuencias deben verlas en pantalla.

El trasfondo de esta película tiene relación con el Chile previo al estallido social, en el semillero de rabias ante las asimetrías sociales y de poder, poniendo de manifiesto cuáles son las necesidades válidas y cuáles accesorias en la sociedad. Las nanas puertas adentro o fuera sostienen buena parte de la economía al asumir la crianza de los hijos y la gestión doméstica de la clase media pujante, allí donde faltan abuelos o donde los horarios de los jardines infantiles son insuficientes, a cambio de un sueldo, las nanas viven horas y días de postergación personal y familiar. Ellas llegan a criar generaciones enteras, transmiten sus valores, crean vínculos emocionales con las familias empleadoras y su ausencia es la metáfora de una mesa de tres patas, no obstante, cabe preguntarse qué les queda a ellas cuando trabajan puertas adentro o cuando tienen que viajar horas enteras hasta sus casas probablemente en la periferia. Y qué pensar de nuestras madres

En sus tiempos, Isabel Allende relató en La casa de los espíritus la muerte de la Nana, una señora sin otra referencia que esa y que vivía en la casa Trueba desde siempre. Llegado un terremoto, la mujer murió aterrorizada y sola sin el debido y grato adiós de aquellos a quien con tanto amor crió. Limpia evoca eso, la postergación y la ingratitud que vive el gremio doméstico por años y generaciones.

Este filme invita al espectador a preguntarse sobre su propia empatía, a revivir y replantearse su relación con aquellas personas que lo criaron, a reconocer sus falencias o a mirar con mayor juicio la relación de sus padres con sus nanas, cuántos secretos les escondieron o cuántos miedos disiparon, o bien, cuántos costos personales o familiares de las nanas hay detrás de cada adulto criado por alguna de ellas, cuántos tiempo de sus nanas tuvieron en perjuicio del tiempo de sus propios hijos. Es que la crianza no es sólo amor o compromiso, como todo lo que cuesta en la vida, supone postergación y elecciones frente a encrucijadas. ¿Sobre cuántas renuncias se ha construido la prosperidad de una nación?

Limpia de la directora Dominga Sotomayor fue inspirada en el libro homónimo publicado el 2022 por Alia Trabucco Zerán y protagonizada por María Paz Grandjean de manera cuidada en la expresión facial y en el tono del drama. Por su parte, la musicalización de la película es casi muda, no se oye tal como una cabeza gacha ante un no, tal como una resignación ante la opresión. Actualmente se encuentra disponible en la plataforma de streaming Netflix para intrigar e incomodar al televidente.




lunes, 24 de noviembre de 2025

Un amigo para siempre

Más allá del tiempo y del espacio, cuando se abre por segundos la puerta de una dimensión paralela, siento que caminan tus pasos y que vuelve la música de tu sonrisa a mis oídos. Experimento, entonces, la maravilla de tu eternidad y juego con la idea de que me haces compañía, que has vuelto un ratito de la muerte a bromear o a compartir los breves minutos que dura una copa de vino en mis manos. Y sin darme cuenta, de esta dinámica espiritual se cumple un año, que ha pasado tan rápido e intenso como una ráfaga de infortunio. 

Como conversamos algún día, para todo existe una primera vez y este año ha sido para tantos una serie de primeras veces duras e inevitables; un primer año nuevo sin saludarnos, un primer cumpleaños sin llamarte, una primera visita al psicólogo y podría seguir. Adaptarse a la ausencia de un hombre cuya energía vital parecía inagotable es hoy el desafío más complejo que nos tocó enfrentar a los que te queremos. Para tu tranquilidad, amigo, hemos hecho lo humanamente posible y de vez en cuando nos juntamos en la casa de tu familia a compartir y a recordarte como si siguieras viviendo, como si de pronto fueras a llegar para beber el último vaso del licor de la esperanza. 

Yo te recuerdo mucho, aunque no me he atrevido a escucharte en los mensajes de audio. De vez en cuando me sorprendo llorando o más melancólico de lo habitual, peleo fuerte con la rabia, no quiero hablar, me cuesta todo un poco más, incluso socializar. Así no más ha sido esto, incómodo, inaceptable, inevitable, porque quién no querría volver a verte para para despedirnos como si no fuésemos a vernos nunca más. 

Amigo, sabe que todas estas palabras nacen de un natural dolor e impotencia y que de todas maneras van aprendiendo a convivir con uno, a congraciarse con nuevos espacios de alegrías; el corazón las ha ido conociendo, las presiente, torpemente trata de prevenirlas, y ha ido aprendiendo que no tiene sentido evitarlas, sólo hay que vivirlas. No hay mucha vuelta que darle... "así no más está la cosa por acá" es lo que te puedo decir usando tus propias palabras, "(a)sí que eso" es lo que puedo comprometer, que cada vez que vea un fuego artificial (legal) brillando en la noche voy a pensar que es un abrazo, que incluso en los momentos oscuros voy a guardar la esperanza de que me vas a seguir acompañando y prometo que cada momento de felicidad y dicha te lo voy a dedicar de corazón para que en la dimensión paralela me respondas con un "Esa es, compañero"

Quisiera saber cómo estás, que hubiera alguna manera de saber que me escuchas, que leas todo esto y que sepas que acá nadie te ha olvidado, que te quiero y te echo de menos, que sé que tarde o temprano nos volveremos a ver y que desde hace un año eres mi amigo para siempre. 

Ten paz, Marco Suárez.