Versos

"Yo no protesto pormigo porque soy muy poca cosa, reclamo porque a la fosa van las penas del mendigo. A Dios pongo por testigo de que no me deje mentir, no hace falta salir un metro fuera de la casa para ver lo que aquí nos pasa y el dolor que es el vivir." (Violeta Parra en Décimas, autobiografía en versos)

sábado, 23 de junio de 2012

¿Y cómo es él? Metodología y creatividad

Mucha gente ya se ha preguntado quién es Matías, hay hipótesis por cada lugar en que se desarrolla mi vida, aunque no sé si tal ejercicio tenga mucho sentido o surta un efecto satisfactorio. Yo tampoco sé quién es, no lo conozco más que como una invención que viene a rellenar los vacíos producto de tan poca actividad sentimental. Como un acto más de todas mis entregas, Matías ha venido a ser el depósito de una experiencia que bien no poseo. Sí, hay un Matías que existe de forma corpórea y reúne las características que despiertan ciertos componentes de mi química y biología; tiene nombres, apellidos, casa, vida, pasiones, amistades e historia. Pero no lo conozco y mi juego sólo ha sido tomar su imagen, trabajarla con las herramientas de mi imaginación, una práctica bastante penosa a decir verdad. En esta figura interinamente ficticia he estado depositando sueños, deseos, proyecciones, los sentimientos más completos que he podido sentir a lo largo de vivir, funciona como una batería recargable, al punto de que sólo me valdré de su plusvalía hasta que la voluntad diga otra cosa. 

Es todo lo que yo no soy, tiene todo de lo que carezco, yo nazco como respuesta a él o él nace como respuesta a mí, no tenemos puntos en común. Vivimos en la misma dimensión de maneras antagónicas no complementarias. Es todo lo contrario a mi amargura, mi ternura, a mi poesía y mis pasiones, pero así es como he decidido quererlo y rearmarlo en los escondites de mi mente, a veces lo puliré y resaltaré sus defectos y otras será la víctima de mis caprichos y malas noches. De su boca perfecta y su sonrisa constante inventaré un beso; de sus brazos tostados y sus ojos de miel me dirá buenas noches. 

Da lo mismo saber quién es Matías y qué parte de lo que narro es cierta y cuál no. Sólo tengo conocimiento del punto de partida de la ficción. Las características físicas y psicológicas del personaje vienen dadas y por tanto sólo me remitiré a forjar su historia, a intensificar las maneras en que me mira y a extender la poesía que hace emanar de mi química. Debo darle las gracias por salvar la poesía que hace mi existencia menos sombría y en su honor escribiré como un loco sin mesura las páginas más colmadas de dicha o tristeza. Será mi fuente, el motor de cada letra y la razón porfiada de cada palabra. Buenas noches idea de Matías, despiértame a las nueve de la mañana por favor.

domingo, 17 de junio de 2012

Monólogo entre Matías y yo

Me sorprendió que el conserje me dijera tu nombre, adelante, bienvenido. Está difícil el clima en Santiago. ¿Siempre ha sido así? Voy a que de un momento a otro se nubla y llueve como si... toma asiento, voy a buscar la chaqueta para mineros que me regaló mi tío Flaco hace dos años en Copiapó, es lo más abrigado que hay, hecha para soportar el frío en la cordillera. No me esperaba que vinieras, demás está decirte que puedes venir cuando desees, sólo avísame porque a veces salgo. ¡Qué mentira la mía, con suerte salgo a pasear a la universidad, vivo encerrado! Acá está, póntela si gustas. Tengo té ¿quieres? No doy más del frío, lo único que deseo es terminar de estudiar y largarme al norte. Prefiero vivir con calor todos los días que andar tomando cosas para calentar el cuerpo, con guateros y dolor de los huesos. Sí, me he avejentado, pero debo tener alma de viejo, sólo alma porque la sabiduría no la reflejo por ningún poro, por ninguna palabra; boto pelo, no bebo alcohol por mucho tiempo, prefiero el té, escuchar radio, escribir, leer, mirar a los animales y reclamar. Mi mal genio lo habrás notado. Sí, supe que perdieron, una lástima... pero sólo es un juego y perder tiene el treinta y tres por ciento de probabilidades. Es bueno aprender a vivir con la derrota, transversal a la vida. ¿Te abrigaste? ¿Más té? ¿De verdad que no? He visto que te ha ido bien en la universidad, me alegro tanto. No a mí no como quisiera, pero creo que aprobaré. Sí, dime, de verdad que no te esperaba por acá. Pero relájate hombre, te noto nervioso. No te preocupes, confía en mí. Sabía que alguien te iba a decir que la leyeras, pero sí, me refiero a ti y lo siento por no ser tan directo, pero es mi manera de decir las cosas, un cobarde por donde se me mire. Prefiero llamarle estrategia, en todo caso, discúlpame si es que esto te incomoda aunque por esa sonrisa veo que incómodo es lo menos que estás. Claro que se te nota, ¿o no te estabas comiendo las uñas recién? De todas maneras me importa bien poco que te inquiete o que te moleste, no hay mucho que esté a mi alcance para evitar lo que siento y si así fuera, no funcionaría. ¿Por qué no puede ser? ¿Ser qué, en primer lugar? ¿Y qué es esto según tú? Yo sí sé y puede ser que haya sido exagerado en mis términos, puede ser que no te ame (no, en lo absoluto) y que haber dicho que te quería sonara y fuera forzado, pero acá estamos, me gustas y mañana también me vas a gustar, ¿y yo te gusto? Bueno, eso es lo que esto es: me gustas y estás acá, en la boca del lobo, aunque nadie te invitó. Podemos seguir siendo amigos, lo sé, pero también es legítimo que siempre pueda verte con otros ojos y que me vuelvas loco, un poco irracional. Pero qué ojos que tiene, qué labios tan bien definidos, el color de su piel seduce, ese cuerpo atlético y su sentido del humor. No es mi culpa que nunca te haya pasado, podrías acostumbrarte a esto, no debo ser el único ni el último. ¿Por qué miras tanto la hora? Prende el televisor, quizá estén transmitiendo el partido, yo no los veo ni me gustan, pero para que veas que he querido quererte, prende el televisor y veamos el partido juntos, ¿a quién tengo que apoyar? No es tan difícil, nunca me ha gustado Colo Colo. Soy de la U entonces, pero no se siente nada. Una cerveza estimado, para que se nos pase el frío digo, me imagino que no te da asco compartirla. Bueno, ahí va a estar. En la tele siempre muestran que los partidos de fútbol se miran de frente y los otros sillones no miran al televisor de frente, así que permiso. Faltan como diez minutos para que empiece, que bueno que jueguen afuera si no no estarías acá pues. Puchas Mati, lo siento pero no puedo evitar que me gustes, quizá se me pase como muchas otras veces. Pero no me toques mucho para hablarme o no respondo, no forcemos las cosas mejor. ¿Y estás pololeando? Yo tampoco, qué coincidencia, parece que nos hubiéramos puesto de acuerdo. Siempre me dicen eso de que "sé hacerla", pero cómo un hombre con tu aspecto está solo, no lo entiendo, eso es para personas como yo, más bien feas y desabridas. No empieces, soy feo y mis papás nada más tienen derecho a negarlo. Gracias, no está demás decirte y repetirte que también eres muy bonito, en especial muy lindos ojos y labios. No te sonrojes, cualquiera lo diría. Sí, tengo el autoestima baja, pero de lo poco que me gusta de mí son mis manos, la manera de mis dedos, la configuración de mis venas. Déjame ver las tuyas, no están mal pero esas uñas mascadas se ven pésimo, buena textura. Te salvó la campana, llegaron los chiquillos como dicen acá en Santiago. Hola niños ¿cómo les fue en el centro? ¡Trajeron cosas ricas para comer! ¿Cuánto les debo? Les presento a Matías, un amigo. ¿Cómo? ¿Cómo cuál Matías? Ese que está ahí mirando fútbol, ¿no lo ven?

jueves, 14 de junio de 2012

You don't have to

You don't have to touch my lips 
neither stare directly at me.
Before it all I felt my verses could dance.
You don't have to know who I am
to make me feel like I was going to die.

You don't need to get beyond my name,
to know how much this was meant to be.
You don't need to be more than you can
to make me feel able to swim all oceans and deep.

I didn't have to know how tasted your tongue,
to realize how easy I might give my thoughts away.
Even the blood which runs through my vains
can feel your presence and wake up my heart.

I shouldn't take this kind of romance again.
Maybe I forced it could knock on my door,
like an offer I can't refuse on my own.
I pray this is real and not just a poem instead.

domingo, 10 de junio de 2012

Matías en mi cabeza, un sábado frío y Ámsterdam

Fue un día frío que comenzó y terminó con Matías en mi cabeza. Nueve de la mañana y en pie. No sentí el frío hasta que salí del departamento. Como en los ni tan viejos tiempos, supondré que esta es otra sesión de chat con un viejo amigo en que me decía te leo, te leo y yo escribía como si nunca hubiera hablado con alguien. Siempre me agradaron los halagos de mi viejo amigo. No diré que no sé qué pasó porque supongo muchas hipótesis. Mientras vas a fumar un cigarro al balcón o hablas por celular, dejaré esta entrada pensando que en media hora vendrás a leer para decirme de mis talentos en la escritura. Pues bien viejo amigo, fue un día frío que comenzó y terminó con Matías en mi cabeza. Nueve de la mañana y en pie. No sentí el frío hasta que salí del departamento camino a los Trabajos Voluntarios, ¿volviste? No. Sabía que no vendrías aún, ¿no te da frío en el balcón? 

Parecía un día parisino o londinense aseguré hacia a mis adentros que me respondieron con una risotada ser un siútico, si nunca había ido unos kilómetros más allá de Santiago, pero hacía frío y el panorama era deprimente. Ni una gota de sol, niebla y viento helado. Esta vez no puse la música fuerte ni fui a hacer una fila para esperar la micro porque ya no vivo en Recoleta. Pero sí canté y no me importaron mucho los santiaguinos con sus caras de vergüenza ajena. Como dicen tantos y tantas, "me da lo mismo, no me conocen". No se van a acordar  en dos minutos de mi voz desafinada, de un veinteañero calvo con necesidad de norte. A los feos se nos olvida rápido. Sí, ya basta de halagos, me declaro feo sin suerte y el que diga que no que me dé un beso. 

Ámsterdam de Coldplay es la canción que oigo ahora y la que iba sonando camino al Metro. No sé bien lo que dice, pero nada alegre puede esperarse de los británicos con sus calles pletóricas de niebla y frío los trescientos sesenta y cinco días del año, simplemente me deprimió un poco más y marcó mi introversión por este día entero. Matías. Debes saber quién es Matías, pero no por qué estuvo en mi cabeza el día entero y la noche que empezó antes de las seis de la tarde. Aunque en el Metro no hacía frío, sino más bien había un clima cálido y abrigado, quedé introvertido por el resto de la jornada. Los niños de Trabajos Voluntarios tardaron como siempre en llegar, si yo fuera ellos, en un día como el que pasó, simplemente me habría quedado viendo los Power Rangers o Tronia ¿eso es lo que ven ahora?, pero están bien. Celebramos el cumpleaños de Ayleen, limpiamos el estante y lo ordenamos, casi me congelé por tener que dejar la puerta abierta para que los niños supieran que los tíos estábamos dando las clases. La actividad fue bonita, me gustó. Aunque reconozco que he pensado dar un paso al costado en el voluntariado por motivos que denominaré "personales" mas los abrazos de los niños, sus sonrisas, sus realidades, sus ganas de aprender y crecer no me dejan, llego de vuelta al departamento extenuado pero con una sonrisa en la cara cuando Felipe me pregunta cómo nos fue en los trabajos y le digo que bien mientras como hoy, hago algo de fideos con algo de algo, almuerzo y me baja un sueño imperante al que no obedezco porque veo los capítulos de la segunda temporada de Dr. House que no he visto nunca, quedan pocos de esos, en dos semanas no sé que haré, tal vez esté con Matías. Luego escribí el blog del voluntariado, puse ropa a lavar y el sueño desapareció hasta la alta hora de la madrugada que hace ya. 

Estoy bien, sobreviviendo a estos fríos glaciares en que los huesos de mis pies sufren un dolor que quema. Recién hubo un partido entre Venezuela y Chile, me preocupa el nivel de nacionalismo que surge en esos momentos, me imagino que imaginas que no lo vi. Es raro que la gente tenga que ir a comprar para ver un partido de fútbol, que se enferme de los nervios, que sufra como si estuviera en un examen de grado, que salga a celebrar un triunfo ajeno. Me dirán amargado como me dices a veces y reconozco que no soy el hombre más dulce dentro de este país, pero las pasiones están dominando a las personas más que su raciocinio y eso me preocupa. Se comportan bajo la lógica de una guerra y el nacionalismo chauvinista está en aumento en estos días.

¿Te conté que fui a la feria? Está entre Avenida Brasil y Avenida Ricardo Cumming a lo largo de calle Martínez de Rozas. La palta estaba baratísima, mil pesos el kilo en la mayoría de los puestos, pero esta vez no quise comprar, en el otoño pierde el sabor por lo que preferí comprar huevos y me arriesgué ante la oferta de 15 huevos en mil pesos. Una vez compré la misma oferta y me encontré con cinco huevos hueros. Pero qué importa ya, Matías estaba en mi cabeza, a pesar del frío y a pesar del amor. Siempre me gustó el nombre Matías, de pequeño me preguntaba por qué no me llamé así y por qué no era Sagitario en vez de Leo. Desde ayer que Matías viene en mi cabeza y no sé si podrá salir, quizá no alcance a darme cuenta de si salió, pero ahora lo está y no debe salir. Yo sé que él me ama, es por eso tal vez que te siento en su sala. 

Este ha sido mi día viejo amigo. Espero que te encuentres bien, abrígate y deja de fumar. Me iré a dormir pues nunca llegó el halago ni el "te leo, te leo". No creo que vuelvas porque se cortó la luz.